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Daiana Fernández tuvo un noviazgo violento. Su pareja, Facundo “Palín” Saucedo, la golpeaba con frecuencia. Después de casi dos años, ella decidió cortar la relación. Estaba cansada de que la maltratara. Pero él quería continuar. Así describieron el vínculo que tenían numerosos testigos que declararon en el juicio oral y público que lleva adelante el Tribunal Oral Nº 3 de Lomas de Zamora: la joven, de 21 años, está acusada de haber asesinado a Saucedo. La muerte de su ex novio, de 24, se produjo un año y medio atrás, como consecuencia de un puntazo. Ella tenía 19 años y se encontraba picando hielo, cuando él se presentó en la cocina de su casa y la habría tomado por los brazos, por detrás, intentando convencerla para que reanudaran la relación, después de un cumpleaños de quince. Para zafar del forcejeo, ella se habría defendido con una cuchilla. Herido por encima de la clavícula, Saucedo fue trasladado a una salita del barrio y luego al Hospital de Ezeiza, donde falleció horas después, el domingo 16 de octubre de 2011. La defensa, que integran los abogados Alba Sanmamed y Claudio Marcelo Vázquez, argumenta que Daiana actuó en legítima defensa y hoy, día de alegatos, pedirán su absolución o que se le impute homicidio preterintencional –que no tuvo intención de matar– en estado de emoción violenta, que tiene una pena menor. Denuncian que hasta ahora no se tuvo en cuenta en la valoración de las pruebas que hizo la fiscalía, la violencia de género a la que era sometida la adolescente por parte de quien fuera su novio. La fiscalía, se espera, pedirá entre 8 y 10 años de prisión por homicidio simple.

“Las fotos de Daiana tomadas al momento de su detención, e incluidas en el expediente, hablan más que mil palabras sobre el trauma previo al desenlace fatal, igual que el informe de los peritos, donde se describen los hematomas que tenía en los brazos, en el hombro izquierdo, marcas de golpes en un glúteo, un chichón en la frente y cicatrices de heridas cortantes en un antebrazo. Lo que vivió esa joven es una locura. Sólo por obra del azar no estamos leyendo el informe de autopsia sobre el cuerpo de Daiana”, dijo a este diario la abogada Sanmamed. Su familia vive en Ezeiza, donde ella conoció a Saucedo. El joven tenía antecedentes penales por robo y había estado preso. Según contó Daiana en el juicio, la noche anterior al desenlace fatal él la había amenazado de muerte. En el juicio oral y público declaró la jefa que tuvo la adolescente cuando tuvo un empleo en el Aeropuerto de Ezeiza y dijo que el 75 por ciento del tiempo que trabajó iba golpeada, con la ropa rota. También afirmó que trabajó hasta que renunció porque dijo que su novio la volvía loca con los celos y los controles. Eso también lo contaron los padres de Daiana y ella misma.

“Daiana jamás quiso matar a su ex pareja, todos los testigos mencionan que lo quería mucho y que siempre impidió que lo denuncien pese al maltrato reiterado que le prodigaba porque él tenía antecedentes penales y temía perjudicarlo. Si ella quiso hacer algo, quizá sí de algún modo evitar otra golpiza probablemente fatal, y utilizó lo que tenía a su alcance ya que estaba picando hielo. De otro modo ni hubiese aceptado dirigirse al hospital adonde lo trasladaran para exponerse de nuevo a la violencia, esta vez a manos de la progenitora de su ex pareja, y enterada de la muerte hubiese fugado sin más. El dolo homicida no se presume, en este caso no existió”, señaló la abogada de la defensa.

“Se ha probado con abundantes testimonios que obran en el expediente que Saucedo y la joven no tuvieron una relación armónica, por el contrario, la misma estuvo teñida de violencia y sometimiento de parte de Saucedo hacia Daiana”, agregó la letrada. A su criterio, la fiscalía no cumplió con su obligación de evaluar toda la prueba antes de acusar por homicidio simple a la joven.