SOCIEDAD › LA JUSTICIA CREE QUE AL MENOS UN POLICIA INTEGRABA LA BANDA
Astrada, un secuestro con uniforme
El entrecruzamiento de llamadas permitió saber que al menos un oficial de la Bonaerense conduce el grupo que protagonizó el hecho.
Por Raúl Kollmann
La Justicia tiene en la mira al menos a un policía como integrante de máximo nivel de la banda que secuestró a Rubén Astrada y Juan Carlos Cirelli. En el juzgado de Roberto Marquevich se supo anoche que un trabajo de la propia Bonaerense indica, a través de un sofisticado método de entrecruzamiento de llamadas, que un oficial de esa fuerza integra la cabeza de la organización que cometió, probadamente, cuatro secuestros, pero que podrían ser más. El nivel de reserva que existe en la pesquisa impide conocer detalles sobre la banda, pero se dice que en los primeros días Astrada no estuvo en Moreno sino en una casa de Don Torcuato y que parte de la banda operaría en esa zona. También se buscaron datos sobre la organización de secuestradores en el allanamiento que se hizo el miércoles en la calle Warnes, aunque no trascendió si de allí surgieron pistas de importancia. Ayer fueron llevados ante el juez Marquevich los dos detenidos, los hermanos Vera, que seguramente serán imputados como cómplices del secuestro. Según parece, les pagaban 50 pesos por día por mantener en cautiverio a los secuestrados en el siniestro garaje del barrio Victoria, de Moreno.
La pista hacia el oficial de policía surgió de un programa de última generación que analiza las llamadas y la ubicación de los celulares y teléfonos públicos desde donde se negocia con las familias y se realizan comunicaciones entre integrantes de la banda. Un dato claro que apareció es que los secuestradores se comunicaban con la familia Astrada y con el Nextel de la empresa de Cirelli con dos tarjetas prepagas, que tienen numeración correlativa y que fueron compradas en un locutorio de Pacheco.
También surge del entrecruzamiento la relación con un oficial que tiene un celular sofisticado, que tendría alguna preparación especial para evitar las detecciones. Sin embargo, el uniformado está en la mira y lo que no está claro es si se trata del único o hay más en la organización. Según otro trascendido de la Justicia, habría alguna comunicación que relaciona a la banda con el desarmadero oculto allanado en la calle Warnes y que estaba vinculado con bandas de secuestradores. Página/12 relató ayer que también ese desarmadero tenía protección policial, por lo que se vio actuando incluso a hombres de Asuntos Internos de la Policía Federal.
Durante la jornada de ayer hubo varias confirmaciones:
- Cirelli logró escaparse, aunque él lo niegue públicamente. Así lo declaró ante la Justicia.
- Gracias a la huida de Cirelli, Astrada consiguió su libertad. Dos horas después de la fuga del empresario de supermercados, la zona del barrio Victoria estaba saturada de policías y el operativo incluyó helicópteros con reflectores. Los captores se vieron en riesgo y por ello soltaron al padre del jugador de River.
- Cirelli también negó públicamente haber estado con Cuqui Astrada, aunque a la Justicia le dijo la verdad: que compartieron el encierro. Es más, Cirelli contó cómo Astrada fue obligado a grabar tres veces un casete que constituyó la tercera prueba de vida para la familia. A los secuestradores les parecieron deprimentes las dos primeras grabaciones y sólo quedaron conformes con la tercera.
- Lo que se mantiene en reserva es cuánto tiempo estuvo Astrada en esa casa de Moreno. Se sabe que Cirelli estuvo los 40 días de su cautiverio, pero existen datos que indican que los primeros días lo escondieron en otro lado: se habla de una casa en Don Torcuato. Y, además, se menciona que un conocido “pesado” de esa zona fue parte de la organización de este secuestro y al menos otros dos, el del ingeniero Rodrigo Rodríguez Varela y la comerciante Giselle Casese. Incluso existe la versión de que esa banda perpetró otros dos secuestros de empresarios que no se hicieron públicos.
- Los dos detenidos hasta el momento, los hermanos Carlos y Fernando Vera, quedaron muy comprometidos, ya que no sólo eran dueños de la casa sino que estaban encargados de la custodia de los secuestrados (ver aparte). Según todas las investigaciones en materia de secuestros, quienes custodian a las víctimas son los de menor rango en la organización y en cambio los jefes son los que se encargan de negociar el rescate y supervisar el cobro.
- Tal como adelantó ayer Página/12, los vecinos de la vivienda de Moreno señalaron que durante el último mes y medio se acercaron al lugar donde Astrada y Cirelli estaban secuestrados varios individuos vestidos de traje, con celular y al comando de autos modernos y vistosos. Esos integrantes de la banda bajaban, cada dos o tres días, bolsones con la comida y seguramente supervisaban el miserable estado en el que se mantenía a las víctimas, encadenadas a la cama.
En este último punto está ahora la clave de la investigación: encontrar a los jefes y a los protagonistas principales de la banda. La huida de Cirelli permitió ubicar, por primera vez en mucho tiempo, el aguantadero y detener por lo menos a dos integrantes de la organización. Al mismo tiempo, está presente el caso de Christian Riquelme en el que quedaron en libertad 22 de los 23 detenidos.