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El Río de la Plata jamás tuvo plata, pero ayer perdió buena parte de su calidad de río cuando una combinación de bajamar y vientos del norte provocaron un descenso pronunciado del nivel. Veinticinco veleros quedaron varados frente a San Isidro, sorprendidos por la bajante. Entretanto, voceros de la Prefectura Naval Argentina informaron que no se registraron inconvenientes con los buques de gran calado en el puerto de Buenos Aires debido a que navegan por canales de gran profundidad, salvo algunos que debieron aguardar para ingresar a alguna dársena con problemas. Ayer, alrededor de las 20, la bajante era de 16 centímetros y tendía a resolverse.