Un adolescente de 16 años que vivía conectado al primer corazón artificial intratorácico colocado en Latinoamérica fue trasplantado exitosamente en el Hospital Garrahan. El dispositivo le había permitido llevar una vida casi normal durante los últimos diez meses, mientras esperaba un corazón orgánico. En un comunicado, los médicos afirmaron ayer que el joven volverá a su hogar “en los próximos días”.

Marcos, oriundo del partido bonaerense de Moreno, luego de haber sido diagnosticado con “miocardiopatía dilatada”, fue el primer caso de la región en ser trasplantado tras permanecer varios meses conectado a un corazón artificial, Gracias al aparato, que funciona a baterías y se porta en una riñonera a la cintura, el joven esperó la intervención en su casa. La operación, en la que le colocaron un órgano natural donado en Córdoba, se llevó a cabo el 6 de mayo pasado y se extendió a lo largo de trece horas. Diez meses atrás, exactamente el día de su cumpleaños, Marcos había entrado al quirófano para que le colocaran el novedoso dispositivo.

“Estamos frente a un hecho de gran trascendencia científica, el trasplante al primer paciente con corazón artificial intratorácico de la región y de enorme importancia social: el hospital y la salud pública puestos al servicio de quienes más lo necesitan”, celebró el ministro de Salud, Juan Manzur. El presidente del Consejo de Administración del Garrahan, Marcelo Scopinaro, afirmó que “el caso de Marcos sintetiza nuestro espíritu de brindar salud pública, gratuita y de alta calidad en complejidad infantil”.

Por su parte, Horacio Vogelfang, jefe del servicio de Trasplante, explicó que “la importancia del caso se debe a lo novedoso de la tecnología, que le permitió a Marcos desarrollar una vida casi normal hasta llegar al trasplante”.

El cirujano agregó que la complejidad de la operación, que duró trece horas, “estuvo dada porque se debió retirar el corazón artificial y dejar las partes necesarias para colocar el nuevo órgano”.

“Esto fue posible gracias a la donación, pero también al hospital público y a la jerarquización de un programa de trasplante como el que tenemos en el hospital”, apuntó Gerardo Naiman, quien también integra el servicio de trasplante.

El corazón artificial fue financiado por el Centro único de Ablación e Implante de la Provincia de Buenos Aires (Cucaiba), “Gracias a este dispositivo, la presión de los pulmones, que estaba muy elevada debido a la enfermedad cardíaca, bajó a niveles normales luego de los primeros cuatro meses de asistencia”, indicaron los profesionales.

A casi un mes del trasplante, el adolescente Marcos camina y no se agita: “Es muy loco, pienso que tengo adentro algo de otra persona y le agradezco al donante, a los doctores, a mi familia, mi novia y a todos los que hicieron algo para que llegara hasta acá”. Osvaldo, el papá, contó que cuando su hijo despertó de la anestesia después de la intervención lo primero que hizo fue tocarse la cintura. Vivía pendiente del aparato, a cada rato se lo tocaba y cuando volvió en sí preguntó: ‘¿Ya me trasplantaron?’”, recordó emocionado.

En adelante Marcos tendrá que llevar una vida con algunos cuidados: no podrá hacer deportes de contacto, pero tiene pensado terminar la escuela y estudiar para chef.