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Una joven de 17 años que supuestamente ejercía la prostitución apareció muerta en el interior de un automóvil en San Juan. El coche integra la flota de la policía provincial y estaba a cargo de un subcomisario que se desempeña como jefe del cuartel de bomberos de Rawson, localidad ubicada en las afueras de la capital provincial. La primera versión, aportada por el subcomisario Ramón Armando Llanos, quien quedó detenido bajo sospecha de homicidio, fue que la joven –su nombre se mantiene en reserva por ser menor de edad– se había suicidado utilizando el arma reglamentaria del policía. La información fue puesta en duda, ya la chica presentaría dos impactos de bala en la cabeza. De ser cierto, esto descartaría totalmente la posibilidad de un suicidio. Fuentes policiales confirmaron a Página/12 que el subcomisario Llanos estaba “en estado de ebriedad” cuando ocurrieron los hechos y que el auto presentaba huellas claras de que se dispararon “varios balazos y no uno como dijo el detenido”.
En la luneta trasera del vehículo, un Peugeot 504, hay un orificio de bala y está destrozado, supuestamente por un balazo, el vidrio de una de las puertas traseras, la que está del lado opuesto al lugar del conductor. Todo hace pensar que hubo un forcejeo con el arma o que el que efectuó los disparos cambió de posición de tiro. No se informó si se encontraron vainas servidas en el interior del rodado.
El episodio se produjo a las cuatro de la madrugada de ayer, cuando el auto estaba estacionado a un costado de la calle lateral a la Avenida de Circunvalación, antes de llegar al cruce con 25 de Mayo, cerca del barrio Kennedy, en el departamento de Santa Lucía, ubicado a unos seis kilómetros de la capital de la provincia. Fuentes de la comisaría 29ª, que intervino en el caso, confirmaron que la primera información la recibieron de boca de Llanos, quien primero llamó a una ambulancia para que asistiera a la joven y luego a la policía.
Llanos fue quien dijo que la joven es “una supuesta trabajadora sexual”, y tenía dos impactos de bala en la cabeza porque “se había suicidado”. Dado el estado de ebriedad que evidenciaba, el policía tenía obvias dificultades para hacer un relato preciso de los hechos.
Llanos dijo que transitaba por el barrio Kennedy en compañía de la menor, que iba sentada a su lado, en el asiento delantero. “Según el imputado, él se quedó sin combustible y se bajó con un bidón para buscar una estación de servicio.” En su ausencia, según Llanos, la chica tomó el arma reglamentaria, una 9 milímetros, que había quedado en la guantera del auto “y se suicidó”. El jefe de la seccional 29ª, el comisario Delgado, dijo que “se está investigando un posible suicidio”, aunque admitió que el oficial está detenido a disposición del juez Carlos Adárvez. “Hay que admitir que es difícil que alguien se suicide de dos disparos en la cabeza”, admitió otra fuente policial consultada por este diario.
El juez Adárvez había ordenado la realización de una serie de pericias sobre el auto involucrado en el hecho, sobre el arma y sobre el cuerpo de la víctima. Las pruebas planimétricas que se hicieron en el lugar del hecho determinarán desde qué posición partieron los disparos y también se determinará si hay huellas de la víctima en la pistola. “Hay que ver si la chica, o el oficial, tienen rastros de pólvora en las manos; esa será una de las pruebas determinantes para esclarecer el hecho, que es por lo demás confuso”, admitió una de las fuentes consultadas.
El subcomisario Llanos se desempeñaba como jefe del cuartel de bomberos de Rawson y anoche seguía detenido en el departamento central de policía de la capital sanjuanino. De las pericias depende que la causa cambie de carátula y pase de “averiguación de muerte dudosa a suicidio o a homicidio”, dijo anoche una fuente policial. La familia de la víctima, que vive en un barrio carenciado ubicado en las afueras de la ciudad, se presentó ante el juez para solicitarle “que se investigue a fondo porque esto aparenta ser un crimen”.