Desde hace años, prácticamente desde hace una década (la década Cromañón podría llamarse), que los centros culturales que funcionaban en clubes barriales, salas de fomento, galpones y otros espacios visibles para la gente de alrededor, que no tienen fines de lucro sino necesidad de compartir y distribuir cultura, están lo que se dice a la buena de Dios. Y Dios, hoy, en la ciudad, tiene color verde amarillo, verde dólar y amarillo gobierno. Lo que no pinta billete es oposición. En el último mes medio centenar de estos centros culturales fue clausurado por cuestiones inalcanzables para espacios que no tienen negocios como horizonte constitutivo. Hoy, el interbloque del FpV de la Legislatura porteña presentará un proyecto de ley de los centros culturales, que los crea como figura legal y de paso funcionará como antirrábica: los protegerá de onerosas multas y mordidas.

El proyecto consta de 30 artículos que tienen como principal motivo la creación de la figura legal del centro cultural, una figura que sorprendentemente en la ciudad pretendida como centro de la cultura, no existe. En su primer artículo denomina como tal “a cualquier espacio no convencional, experimental o multifuncional en el que se realicen manifestaciones artísticas de cualquiera de los lenguajes existentes, que signifiquen espectáculos, funciones, festivales, bailes, exposiciones y muestras con participación directa o tácita de los intérpretes y asistentes”. El artículo agrega el tipo de actividad a la que habilita la ley: “Ensayos, seminarios, charlas, talleres, clases y/o cualquier actividad de carácter educativa y formativa relacionada con todas las manifestaciones tangibles e intangibles del arte y la cultura”.

“La letra del proyecto tiene como base lo que trabajamos con el Movimiento de Espacios Culturales y Artísticos (MECA), que aglutina a una cantidad importante de centros culturales de la ciudad”, dijo a Página/12 el legislador porteño de (Seamos Libres) Pablo Ferreyra, uno de los autores del proyecto, junto a Edgardo Form (NE), Lorena Pokoik (FpV) y Susana Rinaldi (FPP). “A partir de una concepción política que tiene el PRO sobre la cultura, estos centros sufren el ataque constante de los inspectores, clausuras que tienen altísmos costos para ser levantadas”, agregó Ferreyra.

Según el legislador, la “enorme mayoría de las clausuras que sufren los centros culturales se basan en tres motivos: baile, evacuación y capacidad”. Encuentran gente bailando (una peña, una milonga o una clase de baile, por ejemplo) y exigen la inscripción como disco; exigen un plano de evacuación que puede resolverse con un plano diseñado por el arquitecto, y capacidad del lugar, que podría adecuarse según el tipo de actividad.

El proyecto establece cuatro tipos de espacios culturales autogestivos: la casa de cultura, con capacidad para 80 asistentes, y los centros culturales clases A (81 a 150 personas); clase B (de 51 a 300 personas, con una superficie no mayor a 500 metros cuadrados, y clase C (301 a 500 personas con superficie no mayor a 1000 metros cuadrados).

La excepción a ciertos trámites que pueden tener sentido para grandes emprendimientos del espectáculo o la cultura, pero que en espacios autogestivos funcionan sólo como barrera; la de habilitarlos a contar “con un servicio mínimo de bufet, siempre que no ocupen más del 30 por ciento del espacio, y que cuenten con requerimientos indispensables pero mínimos como agua caliente y fría y desagüe a la red cloacal”.

El proyecto fue trabajado sobre la base de la experiencia reunida durante años por MECA, que hace poco más de un mes reunió casi 40 mil firmas como respaldo a la aprobación de la ley. Hace unos días, Unen presentó otro proyecto también dirigido a los centros culturales.

Hoy por la mañana, Ferreyra, Form, Pokoik y Rinaldi, los cuatro legisladores que conforman la Comisión de Cultura del Interbloque kirchnerista, junto a Claudio Goreman (MECA) y Juan Domínguez (Unidos y Organizados) presentarán el proyecto por Mesa de Entradas y, a partir de las 16, en el Salón Juan Domingo Perón de la Legislatura porteña, darán una conferencia de prensa explicando el proyecto, además de ofrecerse una serie de actividades culturales vinculadas con la presentación.