El ex suboficial de la Armada Marcelo Girat, condenado el miércoles pasado a 14 años de prisión domiciliaria por abusar sexualmente de su hija, fue trasladado ayer a la cárcel de Batán al no poseer domicilio fijo para cumplir con ese tipo de arresto. Rocío, la hija del ex suboficial que fue sometida a abusos, dijo sentirse “más aliviada porque se hizo justicia”, y señaló que su objetivo ahora “es ayudar a todas las chicas que pasaron o estén pasando por situaciones similares”.

En una audiencia llevada a cabo en el Tribunal Oral Nº 3 de Mar del Plata, y de la que participaron los jueces Juan Manuel Sueyro y Fabián Riquert, el fiscal Eduardo Amavet, el condenado y la abogada defensora Luz Alonso Proto, se resolvió la revocatoria de su condición de arresto y el traslado a la Unidad Penal XV de Batán.

En la resolución de ayer, se explicó que el imputado “manifestó no contar con domicilio en virtud de los violentos sucesos ocurridos recientemente, los que resultan de público y notorio conocimiento y, por consiguiente, no estaba en condiciones de cumplir con la primera regla de conducta establecida al serle otorgado el beneficio de arresto domiciliario”.

En tanto, el fiscal Amavet dijo en la audiencia que “en función de lo manifestado por el imputado respecto del domicilio, sumado a la pérdida de empleo en las Fuerzas Armadas, hace que su arraigo sufra un gran deterioro” y “que a todo eso se le debe sumar la magnitud de pena en expectativa”.

Conocida la decisión judicial, Rocío Girat afirmó sentirse “más aliviada porque se hizo justicia” y remarcó que “ahora queda que investiguen a los que fueron cómplices de sus movimientos en la Base Naval (de Mar del Plata), lugar donde me violaba”.

También manifestó que las jóvenes abusadas sexualmente “tienen que hablar y denunciar”, porque “es la única solución y el camino a la libertad. Ahora cuando pase toda esta locura voy a analizar la forma en que puedo ayudar a otras chicas”.

Antes de que se conociera la revocación de la sentencia del suboficial de la Armada, el juez Esteban Viñas, de la Cámara de Apelaciones y Garantías en lo Penal de Mar del Plata, había justificado el arresto domiciliario de Girat. “En Mar del Plata, el nivel de personas que han vulnerado el arresto domiciliario en estos 18 años no supera el 5 por ciento”, sostuvo.

Viñas explicó que “dispusimos el arresto, que es una medida de coerción que implica la prisión preventiva atenuada domiciliaria, cuando (Girat) no tenía impuesta ninguna pena. No se le permitió que continuara en libertad”. “El fiscal podría haber pedido que se decretara la detención en ese momento y quizá las cosas habrían cambiado. Sin embargo, no pidió la detención”, argumentó.

El ministro de Seguridad bonaerense, Ricardo Casal, explicó que el fiscal Amavet pidió la revocatoria de la prisión domiciliaria en esta oportunidad, porque se había fijado “como lugar de detención la casa del hermano, donde viven niñas menores de edad”. Además, opinó que “nos parece que el arresto domiciliario no es acorde con las circunstancias que se estaban viviendo, no sólo de la familia, sino también del deseo de los ciudadanos en que sentencias de esta envergadura sean cumplidas”.

Rocío destacó que este final “se consiguió porque mi historia se hizo pública. Es lamentable que yo haya tenido que exponerme en todo el país para que la Justicia haya actuado como corresponde”.