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“Los secuestros son muy graves porque impregnan el ánimo de la población”, había dicho Juan José Alvarez pocas horas antes de asumir por segunda vez el cargo de ministro de Seguridad bonaerense. También dijo a Página/12 que “ir a Seguridad es como sentarse en una silla eléctrica o aún peor”. Ayer, el primer acto formal de su gestión fue la jura como ministro. El segundo, y ya no tan formal, fue enterarse del secuestro de Luis Traverso, padre de Cristian, ex jugador boquense y actualmente contratado en México. El secuestro, del que anoche aún circulaban datos borrosos, ocurrió al mediodía en Villa Bosch, partido de Tres de Febrero. Los secuestradores exigieron medio millón de dólares. Una especie de bienvenida que le recordó al ministro el voltaje de su sillón y que era, sin dudas, la primera impregnación en lo que va de su gestión.
Los datos, ayer por la noche, eran escasos y corrían con el formato de versiones de pasillo. De todos esos datos pudo sacarse la siguiente conclusión: Luis Traverso, padre de Cristian, es desde hace años dueño de una empresa familiar de transportes de mercadería. La empresa está ubicada en Bernabé Márquez al 1300, ruta provincial 4 o Camino de Cintura, sobre el cruce con la avenida Gabino Ezeiza, en el partido de Tres de Febrero. El depósito está ubicado a unas 15 cuadras de la estación Pablo Podestá, del ex ferrocarril Urquiza y del Colegio Militar. La empresa es chica, en ella trabaja una decena de personas, pero siempre tiene movimiento.
A Luis Traverso lo secuestraron al mediodía, cuando se retiraba del depósito. Una versión sostiene que fue un golpe dado por un grupo muy profesional. Otra versión lo desmentía. A las pocas horas, los familiares recibieron un primer llamado confirmando que Luis estaba en su poder y que para liberarlo debían pagar medio millón de dólares.
De acuerdo con allegados a la familia, no se presentó denuncia y los familiares tienen toda la intención de llevar adelante las negociaciones. El hecho es investigado de oficio por el juez federal de San Martín, Hugo Gurruchaga, y tuvo lugar en jurisdicción de la DDI San Martín de la Bonaerense. “El caso lo tomaron los federales”, dijeron a este diario los bonaerenses. “Algo se escuchó, pero lo están trabajando en San Martín”, dijeron los federales. Cristian Traverso viajaba anoche desde la localidad de Puebla –donde juega para el equipo local–, dispuesto a encabezar las conversaciones con los secuestradores.
Traverso tiene 31 años, jugó en Boca hasta mediados de 2002, ganó en ese club una Copa Intercontinental, dos Libertadores y tres torneos locales, es amigo íntimo de Román Riquelme y ahora corre la misma suerte por la que pasaron otros famosos: el secuestro de su padre. Así ocurrió con el padre de los hermanos Milito, con el de Leonardo Astrada y con el del actor Pablo Echarri.
En una entrevista periodística, Juan José Alvarez reconoció que todos los delitos serían enfrentados en el mismo plano de importancia, pero consideró que “los secuestros son muy graves porque impregnan el ánimo de toda la población”. Ayer asumió su cargo como ministro en reemplazo de Juan Pablo Cafiero, designado al frente de Desarrollo Humano, y jaqueado durante toda su gestión por los secuestros, especialmente por aquellos gestionados y con participación de uniformados. Si se confirma que el secuestro de Luis Traverso fue realizado por una banda mixta (delincuentes comunes y policías), podrá tomarse el hecho como un gesto de bienvenida.