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El tema de los alumnos que van armados a la escuela despertó una polémica en la que intervino el ministro de Educación, Daniel Filmus. ¿Es posible resolver situaciones extremas sin marginar a los chicos de la escuela? El propio Filmus aseguró que sí y dio como ejemplo un caso que había detectado en un establecimiento porteño antes de ser secretario de Educación: dos chicos que se habían peleado fuera de la escuela acordaron dejar en la entrada las armas blancas que llevaban consigo para evitar males mayores adentro.
El ministro aportó el dato en una charla con estudiantes de periodismo, pero la información apareció, bastante distorsionada, en la primera plana de un matutino. Fue suficiente para disparar la polémica.
Filmus dijo que sus declaraciones “fueron sacadas de contexto”; aclaró que se trató de “un caso puntual, hace 5 años” y se adoptó ese criterio para “evitar hechos de violencia en la escuela donde ya había un conflicto”. Salió así al cruce de la información, que daba la idea que actualmente hay escuelas con lugares donde los alumnos pueden dejar sus armas antes de entrar.
“Conté esa historia porque me pareció importante que esos chicos, a pesar de haber tenido armas blancas, igual vayan a la escuela, porque la escuela es la forma de reincorporarse a la sociedad”, explicó el ministro, tras aclarar que tomó conocimiento del hecho por una investigación de Flacso, donde él trabajaba antes de ser funcionario. Agregó que hubiera hecho “exactamente” lo mismo que aquella directora. Por su parte, la secretaria de Educación porteña, Roxana Perazza, aseguró que hoy en ninguna escuela de la ciudad existen “armeros” o lugares para depositar algún tipo de armas, como ocurrió en aquella ocasión.