La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, manifestó que hay que fomentar la “tolerancia cero” contra los agresores de las mujeres y la violencia de género, que en ese país ocasiona cerca de 5600 asesinatos al año. “Es muy importante que tengamos una actitud de cooperación no sólo desde el gobierno, sino que toda la sociedad debe comprometerse contra la violencia que afecta a las mujeres”, afirmó Rousseff en Campo Grande, capital del estado de Mato Grosso do Sul, durante la inauguración de un centro de atención a las víctimas de la violencia de género.

El centro de atención, denominado Casa de la Mujer, forma parte de un proyecto de asistencia social que aspira a convertirse en un instrumento “de tolerancia cero contra la violencia” hacia las mujeres, apuntó la presidenta. Rousseff afirmó que esos centros harán posible “el ataque conjunto de todos los órganos del Estado” contra la violencia machista, ya que contarán con una comisaría y una fiscalía que funcionarán las 24 horas con el objetivo de agilizar la radicación de denuncias contra los agresores y el acceso a la atención psicológica, social, jurídica, sanitaria e incluso la orientación en la búsqueda de trabajo para las víctimas.

Brasil cuenta desde 2007 con una norma específica para combatir la violencia de género, la Ley María da Penha, bautizada así en homenaje a una bioquímica a quien, en 1983, su ex pareja intentó asesinar dos veces. Hasta 15 años después del crimen, y a pesar de que había sido condenado dos veces por esos intentos de asesinato, el agresor permanecía en libertad. Da Penha llevó el caso a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), lo que obligó al Estado nacional a disculparse e indemnizarla.

Sin embargo, la aplicación de la ley no resulta efectiva en la reducción de los femicidios, de acuerdo con un estudio realizado por el Instituto de Estudio Económico Aplicado, un organismo del propio Estado.

El informe reveló que el número de mujeres muertas por sus compañeros se mantuvo estable en los últimos años, en una tasa cercana a 5,43 por cada 100.000 habitantes, lo que supone unos 5600 femicidios al año.