La Justicia surcoreana agravó ayer, tras una apelación, la pena del capitán del ferry Sewol, cuyo naufragio hace un año dejó 304 muertos, y lo condenó a cadena perpetua. El tribunal de apelación de Gwangju, en el sur del país, declaró a Lee Jun-seok culpable de homicidio, después de que en primera instancia fuera absuelto por este cargo y condenado a 36 años de prisión por varios incumplimientos graves de sus deberes de oficial. El ferry se hundió el 16 de abril de 2014. Llevaba a bordo 476 personas, entre ellas 325 estudiantes de secundaria. De las 304 víctimas, 250 eran alumnos de un mismo instituto.