Al menos una de cada diez mujeres argentinas sufrió distintas formas de violencia machista por parte de su pareja en el último año. Las agresiones fueron más frecuentes contra quienes tienen entre 25 y 34 años, y no discriminaron entre sectores socioeconómicos ni niveles educativos; tampoco entre quienes tenían trabajo o estaban desempleadas. Hay, sin embargo, un leve descenso en el porcentaje de víctimas cuando se trata de estratos medios, pero eso no marca una diferencia sustancial. Por otra parte, la mayor cantidad de casos se declararon en el Gran Buenos Aires, y la menor, en la ciudad de Buenos Aires. Los datos forman parte del Estudio sobre violencia de género realizado por el Centro de Investigaciones Sociales Voices y la Fundación UADE a partir de 1008 entrevistas en todo el país, realizadas en zonas rurales y urbanas, a mujeres y varones, porque otro de los objetivos del análisis era relevar, en números y casos concretos, el sesgo de género que demuestra que sí: existe una violencia específica contra las mujeres.

“Los números confirman que sí es una problemática de género. Indagamos tanto a mujeres como varones y surge, como primera conclusión, que es un padecimiento claramente femenino. También, demuestra que esta forma de violencia está extendida en estratos socioeconómicos, zonas, edades, que corta transversalmente todos los sectores de la sociedad”, señaló a Página/12 Constanza Cilley, directora ejecutiva de Voices. “Los números son la validación cuantitativa de lo que siempre señalan los especialistas”, agregó.

El estudio fue realizado a partir de entrevistas cara a cara, con cuestionario cuantitativo, realizadas a 529 mujeres y 479 varones mayores de 16 años, con un criterio representativo que permite extrapolar para realizar proyecciones al total de la población. Que el 11 por ciento de las encuestadas haya reconocido que durante el último año fue víctima de violencia, señala la investigación, permite asegurar que al menos “casi un millón setecientas mil mujeres sufren cada año alguna forma de maltrato psíquico o físico por parte de su pareja”. A la vez, que el 4 por ciento haya señalado que se trató de violencia física permite estimar que las agredidas por sus parejas fueron “cerca de 600.000”. Esos números, de todos modos, posiblemente no indiquen en toda su magnitud lo que sucede. “Son entrevistas cuantitativas cara a cara, herramientas muy adecuadas para dimensionar, pero también hay que tener en cuenta que no nos basamos en hechos de la realidad, sino en declaraciones de las personas con relación a estas temáticas. En general, se puede sospechar que si hay algún sesgo, es la subdeclaración. Por eso hay que asumir que son números de mínima, más que de máxima”, advirtió Cilley.

El 11 por ciento de las encuestadas dijo haber sufrido violencia por parte de su pareja durante los últimos doce meses, un porcentaje que prácticamente cuatriplica el de varones en la misma situación (el 3 por ciento del total). De ellas, el 4 por ciento contó que fue víctima de violencia física; en ese grupo, predominaban quienes tenían entre 25 y 34 años, pertenecían a estratos socioeconómicos medios- altos; el porcentaje más representativo es población bonaerense, y el 5 por ciento estaba empleada. El 7 por ciento de las agredidas explicó que el maltrato específico consistió en insultarla o haberla hecho sentir mal sobre sí misma (el 10 por ciento de las mujeres de entre 25 y 34 años, el 9 por ciento de las universitarias, el 8 por ciento de las encuestadas en provincias, entendidas metodológicamente como bloque y no discriminado por jurisdicción). El 2 por ciento dijo que el maltrato consistió en que su pareja la humilló ante otras personas; otro 2 por ciento, que su pareja la intimidó o asustó adrede; y otro 2 por ciento, que la amenazó con daños físicos.

Las mujeres agredidas con más frecuencia fueron las del grupo de entre 25 y 34 años (17 por ciento de ellas), seguidas por las de entre 35 y 49 (el 13 por ciento), las de entre 16 y 24 (el 10 por ciento) y, con un descenso más marcado, el de quienes tienen 65 y más (el 6 por ciento). El 14 por ciento de las mujeres de sectores socioeconómicos altos y medio altos fueron agredidas; el 9 por ciento de las de clase media; el 12 por ciento de quienes revisten en sectores socioeconómicos bajos y medio bajos. El nivel educativo tampoco marca grandes diferencias, pero sí algunos sesgos leves entre quienes fueron agredidas: el 13 por ciento de quienes completaron la primaria y el 12 por ciento de quienes tienen nivel universitario, frente al 9 por ciento de quienes registran educación secundaria. El empleo o su falta tampoco marcó diferencias: el 12 por ciento de quienes tenían trabajo remunerado y el 10 por ciento de quienes no fueron víctimas.

Las porteñas dijeron haber sufrido violencia machista por parte de sus parejas en un porcentaje sensiblemente menor al de otras regiones: el 4 por ciento de las mujeres de la ciudad, frente al 13 por ciento de las que viven en provincia de Buenos Aires, y el 11 de quienes viven en distintas provincias.

El estudio relevó que sólo el 3 por ciento de los varones dijo haber sufrido maltratos por parte de sus parejas. “Son las mujeres quienes reciben un mayor maltrato: insultar o hacer sentir mal (7 por ciento de las mujeres vs. 2 por ciento en los hombres), recibir violencia física (4 vs. 1), ser humillado (2 vs. 1), ser intimidado o recibir amenazas de daños físicos (2 vs. menos del 1, respectivamente).