La autopsia del cuerpo del sacerdote Luis Cortés, párroco de la ciudad cordobesa de Alta Gracia que fue encontrado muerto en la noche del sábado, determinó que el religioso fue maniatado y que su muerte fue provocada por ahorcamiento. Las sospechas apuntan a que el o los autores prendieron fuego la casa de la víctima para borrar las huellas. “La principal hipótesis es que se trató de un homicidio criminis causa, es decir que lo mataron para encubrir otro delito. El o los culpables pueden recibir prisión perpetua”, señaló Emilio Drazile, fiscal de instrucción de Alta Gracia. La hipótesis más firme apunta a que el párroco pudo haber sido víctima de un robo y que los delincuentes lo mataron para evitar que pudiera delatarlos, aunque no se descarta que haya sido atacado por su trabajo social, especialmente vinculado con la asistencia de jóvenes adictos a las drogas.