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En las fotos que salían de la máquina reveladora aparecieron vaginas expuestas de niñas impúberes: la empleada se horrorizó, tomó el teléfono y llamó a la policía. Pocos minutos después ya intervenía una fiscalía de San Martín especializada en “delitos contra la integridad sexual”, y pocos días después, en la noche del miércoles, fue detenido un sospechoso. Sus actos de corrupción de menores habrían abarcado hasta a nueve niñas, y, por lo menos en el caso de una de ellas, el corruptor habría amenazado con matar a sus padres si ella les contaba lo que él le hacía. Ayer, cuando se difundió la noticia, un grupo de vecinos del sospechoso se sumó a la actividad delictiva, robando los bienes del sospechoso e incendiando su casa.
Eran cuatro rollos, unos 120 cuadros, los que reveló la empleada de la casa de fotografía del supermercado Carrefour de Los Polvorines. “Se encontró con fotos de nenitas que mostraban la vagina, se bajaban la pollerita; en alguna de ellas había un dedo de adulto apoyado sobre la vagina de la nena”, precisó Hernán Suazo, jefe de prensa de los Tribunales de San Martín.
La chica llamó a la comisaría de Los Polvorines. Los policías se comunicaron de inmediato con la fiscalía de San Martín, y el caso fue encomendado a la fiscal Fernanda Bellone, titular de una de las unidades funcionales de instrucción dedicadas a delitos contra la integridad sexual. Las fotos fueron secuestradas y se ordenó a policías de la DDI de San Martín investigar en dos direcciones: localizar, a partir de las declaraciones de la empleada, a la persona que había mandado a revelar las fotos; y tratar de individualizar a las víctimas –la cantidad, no determinada todavía, oscila entre tres y nueve– para sumar pruebas.
El sospechoso fue identificado como José María Medina, de 55 años, empleado administrativo y domiciliado en la calle Jujuy, de la localidad de Bella Vista. Y “se estableció que una de las víctimas es una nena de diez años, que vive en una casa vecina –contó Suazo–: los terrenos son colindantes y, de acuerdo con investigaciones que toman en cuenta el testimonio de la niña, el vecino le tomaba fotos desde el otro lado; a veces le ofrecía dos pesos por bajarse la bombacha y una vez le ofreció diez por cruzar hasta su casa, pero la nena se negó porque tenía miedo”.
El imputado, además, habría colocado un arma de fuego sobre la pared divisoria y amenazado a la niña con atacar a sus padres si les decía lo que estaba pasando.
En la noche del miércoles, cuando Medina volvía a su casa –vive solo y tendría tres hijos–, fue detenido bajo el cargo de corrupción de menores y alojado en la DDI de San Martín.
La declaración de la niña fue tomada con colaboración de una psicóloga especializada, “con precauciones para impedir la revictimización”, destacó el vocero de los Tribunales de San Martín, y ofreció el teléfono 4752-0719 para que otros familiares de víctimas se comuniquen.
Las dos fiscalías dedicadas a delitos contra la integridad sexual funcionan desde hace un par de años: “Nos sorprendió la cantidad de casos de corrupción de menores –comentó Suazo–. También hubo varios violadores seriales: cuando las denuncias se desperdigaban en distintas fiscalías no era fácil detectarlos, pero esto cambió desde que la información se concentra. Y la especialización de las fiscalías, que cuentan con psicólogos y asistentes sociales, optimiza el trato a las víctimas”.
En la tarde de ayer, algunos vecinos de Bella Vista, aduciendo hallarse enfurecidos, entraron en la casa del acusado y robaron un televisor, prendas de vestir y valores. Luego prendieron fuego a la vivienda, por lo cual tuvieron que intervenir los bomberos voluntarios de San Miguel.