SOCIEDAD
Un incendio de sospechoso origen arrasa los campos de Musa Azar
Tiene 22 mil hectáreas y es uno de los predios del hombre fuerte del juarismo. Se trata de un campo que el secretario de Derechos Humanos, Eduardo Luis Duhalde, denunció como posible lugar de entierro de desaparecidos durante la dictadura. La policía dice que el incendio fue intencional.
Por Alejandra Dandan
Unas 22 mil hectáreas de Musa Azar están trasformándose en un infierno. Comenzaron a incendiarse lentamente el lunes a la noche, la noche en la que el gobierno nacional la incluía en una lista de presuntos campos de entierros clandestinos del ex jefe de Inteligencia del juarismo. El sitio está en Isla Verde, un paraje ubicado a 130 kilómetros de la capital de Santiago. Anoche, una tercera parte de la finca estaba quemada. Para los investigadores judiciales, el incendio habría sido intencional. Y aunque la policía ayer detuvo a un lugareño con deficiencias mentales como sospechoso, ellos creen que detrás del fuego está la mano del enigmático Musa Azar. La jueza del caso La Dársena ahora pidió una parte de las actuaciones para compararlas con los rastros de otro incendio: el producido en el zoológico privado de Musa Azar dos días antes de que los peritos encontraran restos humanos.
En algunos días, este hombre conocido como el jefe de la recontrainteligencia santiagueña comenzará a ser conocido como el señor de los incendios. Por segunda vez, en unos quince días, sobre alguna de sus propiedades se desata una incendio. Esta vez, el fuego se desató en una de sus fincas privadas, una extensión de montes y matas ubicada en una pequeña localidad que forma parte de Loreto, su ciudad natal, el pueblo donde vivió su familia durante todos estos años y el sitio donde trabajaban dos de los comisarios de mayor jerarquía que ahora están presos acusados por encubrimiento y asociación ilícita en el doble crimen de La Dársena.
La finca de Musa convertida, según las últimas denuncias, en un terreno de sepulturas clandestinas, es uno de los elementos de prueba en las causas contra Musa Azar. En su paso por Santiago, Eduardo Luis Duhalde, el secretario de Derechos Humanos del Ministerio de Justicia, le pidió al juzgado federal de Angel Toledo una serie de medidas sobre esa y otras fincas. De acuerdo con distintos informes, Duhalde sabía que el lugar podría haberse usado como campo de torturas, secuestros y desapariciones de las víctimas de la dictadura militar.
El fuego comenzó dos horas después de que Duhalde concluyera la conferencia de prensa donde denunció sus sospechas y donde alguien se robó de su mesa una carpeta de documentos con la copia de la denuncia. Para quienes siguen de cerca las investigaciones de las denuncias, el incendio está mostrando la capacidad operativa que conserva el señor de los espías aun detrás de las rejas: las ráfagas de fuego sobre el campo están barriendo posibles elementos de prueba.
Luis Campos es el comisario de la Unidad Regional V de Loreto, el sitio donde comenzaron las primeras averiguaciones sobre el incendio. “Desde ya –le explicaba anoche a Página/12–, todo lo que eran pruebas se están borrando.”
El incendio empezó el lunes, cerca de uno de los lugares inspeccionados hace poco más de una semana por los peritos del doble crimen de La Dársena. En esa ocasión, la jueza María del Carmen Bravo buscaba indicios sobre una de las primeras denuncias de entierros clandestinos. Aunque en ese momento no encontraron nada, la jueza ordenó un rastrillaje que hasta ahora no se había realizado.
Anoche el fuego no se había extinguido. Había focos aún prendidos en distintas regiones de la finca. De acuerdo con la información recogida por este diario, varios indicios darían cuenta de una intencionalidad en el incendio. Uno de los elementos mencionados por los peritos judiciales fue la falta de antecedentes: el campo de Musa o los alrededores nunca se habían incendiado. Otro de los elementos llamativos fue el modo de propagación del fuego: las llamas no se extendieron desde un solo punto, dijeron, sino desde varios focos ubicados a un kilómetro de distancia entre sí. “Esto es típico en el monte –explicaba el comisario López– cuando alguien pretende hacer avanzar el fuego.” Los elementos que apuntalan la hipótesis del “fuego provocado” no terminan ahí. En las últimas 48 horas, los equipos de bomberos de Loreto fueron apagando el fuego en varios sectores; sin embargo, los resultados no fueron buenos: las llamas se reactivaban una a una “como si alguien se encargara de hacerlo”, decía el comisario de la Regional poco después de pasar por el juzgado del doble crimen.
En las últimas horas, la policía de Santiago detuvo a un vecino de la finca, un lugareño con deficiencias mentales llamado Luis Roldán. Para quienes están detrás de la investigación, Roldán es un chivo expiatorio: están convencidos de que el autor intelectual del incendio no es otro que el mismo ex comisario Musa Azar. Aunque está detenido en una celda de la Gendarmería, suponen que sigue manejando una parte del ejército de policías, entre ellos los hombres de su vieja ciudad.
–En Loreto en este momento hay unos 50 policías –dice ahora el comisario López, que además de comisario es, supuestamente, el jefe oficial de la Departamental–. De ese total, el 90 por ciento no trabaja para mí, sigue respondiéndole a Musa Azar.