El municipio de Villa La Angostura, en Neuquén, decidió eliminar el tradicional concurso de elección de reina de belleza, en su Fiesta Nacional de los Jardines, que tendrá lugar entre el 18 y el 21 de febrero, siguiendo el camino marcado por las ciudades bonaerenses de Chivilcoy y Villa Gesell, que avanzaron en esa línea para evitar la violencia simbólica y la cosificación de las jóvenes. “Queremos salir del paradigma de la belleza y destacar valores distintos”, confirmó a Página/12 el subsecretario de Cultura de La Angostura, Jorge Arakelian. “Vamos a elegir artistas destacados en la Fiesta de los Jardines y para la fiesta de fundación del pueblo, que es el 15 de mayo, la idea es impulsar una ordenanza que establezca que en esa fecha se elijan jóvenes, varones o mujeres, que sobresalgan por actividades deportivas, artísticas o solidarias”, adelantó el funcionario.

Arakelian se mostró sorprendido por el apoyo que recibió la medida. “Vemos que la comunidad acompaña y celebra la decisión. Temíamos que se generara una polémica porque en ciertos sectores sociales todavía hay un fuerte arraigo de este tipo de concurso y esperan que ‘la nena sea reina’ de belleza y la defienden como una tradición”, agregó el funcionario y destacó el trabajo de concientización sobre el tema de la agrupación feminista “Ni sumisas ni devotas”, que hace tiempo viene promoviendo el fin de esos concursos a través de campañas en redes sociales, como hizo Chivilcoy a través de una ordenanza en 2014. Chivilcoy fue el primer municipio del país que tomó la resolución de sacar los tradicionales certámenes de las fiestas municipales, con el argumento de que son discriminatorios y refuerzan la idea de que las mujeres deben ser valoradas sólo por su apariencia física.

En Villa La Angostura la decisión no se tomó por ordenanza. En todo caso, el municipio aprovechó que el Concejo Deliberante no llegó a votar una normativa que fijara la elección de la reina en la Fiesta Nacional de los Jardines. “Teníamos la reina de Los Arrayanes que se elige el 15 de mayo, y se decidió que hubiera una sola y se unificarla en la que se elegía la Reina de los Jardines. Se eligió en febrero de 2015, pero sin ordenanza respaldatoria porque el Concejo Deliberante no la votó. Al no haber esa ordenanza que nos obligara a realizar el concurso, decidimos sacarlo. Ya en 2014, el anterior intendente había tirado la idea de elegir en mayo a jóvenes que se destaquen en distintos ámbitos, para ver cómo lo tomaba la comunidad. Y tuvo buena repercusión”, contó el subsecretario de Cultura, que ocupaba el mismo cargo en la gestión anterior. En la última elección municipal se impuso el candidato oficialista del Movimiento Popular Neuquino, Guillermo Caruso quien hasta diciembre fue viceintendente.

La actual reina nacional de los Jardines, Giuliana Salmeron, pasará a ser la primera y última reina de los Jardines, ya que por estos días caduca su reinado.

Villa Gesell fue el segundo municipio en cancelar la elección de una reina de la belleza para representar a la ciudad. La medida la tomó en septiembre el intendente Gustavo Barrera quien dispuso eliminar el certamen de la tradicional Fiesta de la Diversidad Cultural, que se realiza durante el fin de semana largo del 12 de octubre. El mandatario municipal destacó que la decisión se amparada por la “Ley 26.485, de Protección Integral a las Mujeres, y la concientización que el ‘Ni una menos’ produjo en la sociedad”.

Los concursos de belleza entre adolescentes y jóvenes para elegir reinas son una tradición en fiestas populares que se realizan en alrededor de un centenar de municipios del país, con fines turísticos y para promocionar algún producto regional. Los reglamentos suelen tener exigencias discriminatorias. En algunos casos, les imponen desfilar en trajes de baño con sandalias de taco aguja y los jurados –muchas veces funcionarios públicos– las evalúan en función de su “belleza física”, además de otras cualidades como “porte”, “desenvoltura” y “personalidad”. No sólo se limita la edad de las concursantes –pueden participar únicamente aquellas que tengan entre 16 y hasta 23, 24 o 25 años, en general–, sino que además se les suele imponer como condición que sean solteras y no tengan hijos. Son concursos que están arraigados localmente bajo el amparo de celebraciones tradicionales y con un fuerte respaldo gubernamental. En algunos casos, incluso, se eligen “reinitas”, entre nenas de apenas 5 años, como en la Fiesta Nacional de la Flor, en Escobar, donde se corona la reina del Capullo; en la Fiesta provincial del Trigo, en Tres Arroyos, la de la Espiguita, y en el municipio chubutense de Camarones, la del Salmoncito. La expresión más extrema de esta clase de competencias son los llamados Bikini Open, patrocinados por empresas privadas, donde se evalúa a la concursante por una parte de su cuerpo: los glúteos. Desde hace unos años, organizaciones de mujeres de distintos puntos del país, vienen realizando campañas de concientización en sus comunidades para que se reemplacen por otro tipo de certamen, que pongan el foco en otros valores, más allá de cualidades físicas. Lentamente, están teniendo eco.