Con una serie de fotos entre las que se ven minifaldas, escotes y piernas femeninas con calzas y pantalones ajustados, un párroco de Zárate graficó, en la puerta de su iglesia el modo en que no podían vestir las feligresas dentro de su templo. Equitativo en la distribución de géneros, también colgó de la puerta un explicativo en imágenes para ropas masculinas con el tono de “éstas sí, éstas no”, tono que quedaba graficado con una X roja para las prendas prohibidas, y una tilde verde para las permitidas. Carlos Scarlata, el párroco, justificó su selectividad: “una persona vestida de ese modo insinúa, excita al que está atrás”.

El cartel, aplicado sobre la puerta de la Iglesia San Isidro Labrador, de Zárate, se separa en dos áreas, la dirigida a la feligresía femenina y la de la masculina. “Vestimenta no permitida dentro del templo” y “Vestimenta cristiana femenina” son las dos divisiones del sector mujeres. En la primera se ve una minifalda, un short, un par de piernas con calzas, otro par con un tajo en la falda larga. Debajo, un torso con un escote y la leyenda “escotes, strapless, musculosas, puperas”, todas ellas claramente prohibidas. Tampoco están permitidas las ojotas y mucho menos las transparencias.

Permitidas las ropas sueltas, sin escotes, con mangas, falda abajo de la rodilla, y las imágenes que grafican al estilo de una revista provinciana de mitad del siglo pasado.

Para los varones, terminantemente prohibidas las remeras sin mangas, los gorros, los pantalones cortos o bermudas, y las ojotas. Al hombre, la permitida se le “sugiere”: camisa de mangas largas y pantalones largos y sueltos. Nada de chupines rockeros ni bermudas floreadas tipo Miami.

Scarlata justificó su decisión al sostener que una persona que se viste de esa manera “insinúa, está excitando al que está detrás”.

“Tener una calza, una mujer, es estar mal vestida. ¿Vos no sos hombre? ¿No sentís nada? Los hombres que están atrás de una calza... el tipo empieza a mirar para todos lados, porque (la mujer) insinúa, porque está excitando’’, dijo Scarlata sin que le cambiara el color de las mejillas.

“Esta es la casa de Dios y la puerta del cielo!!’’, recuerda el título del indicativo femenino y cita un versículo de la Biblia atribuido a Timoteo (2,9): “Que las mujeres se vistan de ropa decorosa con pudor y modestia’’. Consultado por los periodistas que acudieron en cardumen a la puerta de su iglesia el cura increpó con fastidio a uno de los que blandían el grabador.

“¿Vos no sentís nada cuando pasa una mujer? ¿Vos sos hombre? ¿Qué psicología tenés vos? Si Dios te dio la gracia...’’, sermoneó. Y agregó que “una mujer que sabe que está mal vestida, ¿con qué intención se pone eso?”. Scarlata decidió dar por terminada la entrevista en forma abrupta: “Déjenme en paz”, dijo y cerró molesto.