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Centenares de personas autoconvocadas a través de las redes sociales participaron de un encuentro con bandas en la plaza del Obelisco, tras las recientes denuncias contra músicos por abuso sexual a adolescentes seguidoras de bandas, que alertaron sobre la violencia de género en el ámbito del rock. Luego de que días atrás la joven Mailén Frías acusara en las redes por dos supuestas violaciones a José Miguel Del Popolo, líder de la banda La Ola Que Quería Ser Chau, las denuncias se multiplicaron.

Las 400 mil reproducciones del video de Frías no agotaron las repercusiones de la denuncia: luego de su publicación en YouTube, se sumó un segundo testimonio, de una ex novia de Del Popolo en el que contaba presuntos abusos físicos y psicológicos por parte del cantante. Los testimonios despertaron la solidaridad, que terminó de materializarse en una marcha, el sábado 23 de abril, y un encuentro de bandas, ayer.

Otra de las consecuencias del video fue el registro de una denuncia contra Cristian Aldana, líder de El Otro Yo y presidente de la Unión de Músicos Independientes, quien fue denunciado ante la Justicia por abusos sexuales a una joven cuando la chica era menor. La Plaza de la República presentaba un cordón policial desplegado ante la anunciada presencia de Aldana –que se declaró inocente de las acusaciones–, para evitar que se aproximara a los manifestantes.

En un gazebo dispuesto en la proximidad del jardín vertical, la concurrencia pintaba carteles con la frase “no nos callamos más”. “En la relación de las fans con los músicos hay mucha idealización”, confió durante el encuentro Carolina, que tiene 26 años y denunció en la Comisaría 1ª de Morón y en la oficina de acceso a la Justicia ‘Atajo’ haber sido abusada sexualmente a los 14.

La psicóloga Silvia Lommi, del Consejo Nacional de las Mujeres, donde se registró un constante aumento de los llamados al 144, afirmó que “en estas denuncias públicas existen dos realidades: la del abuso de menores y la del abuso sexual a mujeres jóvenes en contexto de intimidad. Ambas son delitos y consecuencia de una sociedad que considera al cuerpo de la mujer un objeto”.