El comerciante que fue encontrado sin vida dentro de su auto acarreado por la grúa falleció de un edema cerebral provocado por sofocación, según se desprende del informe preliminar de la autopsia. Los médicos forenses adelantaron a la fiscalía que interviene en el caso que los golpes que Alejandro Scarzella acusaba en el rostro “no tenían la entidad de haberle causado la muerte”. Del mismo modo aclararon que el cuerpo no presentaba heridas de bala, ni de arma blanca. En busca de pistas, los investigadores siguen recabando las cámaras de seguridad de la zona desde donde se acarreó el auto.

El fiscal Santiago Vismara recibió el adelanto del informe forense practicado sobre el cuerpo de Scarzella, quien fuera encontrado muerto el lunes por la mañana en el interior de su vehículo, luego de que fuera acarreado por la grúa del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires hasta el playón de infractores de Constitución. Si bien el informe deberá ser completado con estudios de laboratorio, a partir de los exámenes preliminares pudo saberse que la víctima de 53 años falleció a causa de “una congestión y edema encefálico difuso”.

Una de las hipótesis de los expertos del Cuerpo Médico Forense es que el hombre pudo estar amordazado y con algún elemento que le tapara la boca, por lo que murió sofocado: de allí la congestión y el edema cerebral por falta de oxígeno.

Asimismo, los investigadores creen que Scarzella pudo haber sido víctima de un robo o de un secuestro al voleo en el que se vio obligado a entregar las llaves de su casa para que los captores fueran a buscar dinero, aunque no se descartan otras hipótesis. También pudo determinarse que la última vez que se activó su teléfono celular, la antena lo posicionaba en la localidad de Wilde, al sur del conurbano.

Por otra parte, la fiscalía señaló que se le encomendó a la Policía Federal que recolecte imágenes captadas de las cámaras de seguridad de la zona desde donde se acarreó el vehículo, en San Telmo.

Scarzella fue visto por última vez el sábado por la noche cuando salió de su casa en la localidad bonaerense de Hurlingham, donde vivía con Elba, su mamá de 78 años. Alrededor de las dos de la mañana del domingo, dos hombres entraron a su propiedad con guantes y despertaron a la señora, a quien primero le dijeron que venían de parte de su hijo a buscar algo y que siguiera durmiendo; pero cuando ella se dio cuenta de que se trataba de un robo, la obligaron a tomar una pastilla y hasta la propia mujer les indicó dónde había dinero para que no la lastimaran. Ya con el botín en efectivo y dos armas de fuego, los ladrones se fueron de la casa. Cuando Elba despertó, Scarzella aún no había regresado.

Con la ayuda de vecinos y amigos, la mujer finalmente pudo hacer la denuncia a la comisaría local por robo y por averiguación del paradero de su hijo, de quien se supo que estaba divorciado hace años, tenía tres hijos y se dedicaba a la importación y venta de zapatillas deportivas New Balance y ojotas Hawaianas.

En paralelo, una grúa del gobierno porteño remolcó el lunes por la mañana un VW Golf por encontrarse mal estacionado en Paseo Colón y Humberto Primo. El agente de tránsito y los operadores del SEC no se dieron cuenta de que en el interior del automóvil había un cadáver. Recién dos horas después, empleados del playón de infractores de tránsito, ubicado sobre la avenida Juan de Garay, debajo de la autopista 25 de Mayo, descubrieron el cuerpo sin vida en el asiento trasero.

Los policías que chequearon la patente del auto repararon además que el vehículo tenía pedido de secuestro por la búsqueda de una persona desaparecida, con lo cual se pusieron en contacto la DDI de Morón. Los peritos identificaron a la víctima por el DNI que tenía entre las ropas.