Más de 100 kilos de cocaína fueron secuestrados en las últimas horas por uniformados de la Federal cuando estaban a punto de ser enviados a Israel, cómodamente camuflados en muebles, prolijamente embalados en contenedores. La imaginación de los federales no tiene límites: a la operación la bautizaron “Medio Oriente”.

El operativo fue realizado por polis de la Superintendencia de Drogas Peligrosas con asistencia de no uniformados de la poli israelí. La ministra de Seguridad de la Nación, Patricia Bullrich, iba a dar una conferencia de prensa para difundir detalles a los cuatro vientos. Iba. Porque el juez Nacional en lo Penal Económico 10, Diego García Berro, le ordenó que hiciera mutis. Nuevos datos obtenidos en la causa ameritaban que la ministra de la guerra contra la droga no despabilara a quien no debía despabilar.

Hasta ayer habían sido detenidas varias personas de nacionalidad argentina, en tanto que los investigadores procuraban establecer las identidades de “la conexión israelí”, es decir aquellos que recibirían la droga en destino.

La investigación se inició a fines de mayo pasado, cuando la policía de Israel detuvo a una mujer argentina en el aeropuerto de la ciudad de Tel Aviv. La mujer estaba en el lugar asegurando los pasos previos para un envío importante de droga que se realizaría por vía marítima, desde un puerto argentino y hacia la ciudad de Haifa, en la costa israelí en el Mar Mediterráneo. La información obtenida, además, indicaba que la droga estaría disimulada en un servicio de mudanzas dirigido por ciudadanos de ambas nacionalidades.

A partir de esos datos, los polis locales consiguieron individualizar un contenedor guardado en un depósito fiscal porteño bajo jurisdicción de la Dirección General de Aduanas, a la espera de ser trasladado al Puerto de Buenos Aires. Con escáneres de rayos X, los expertos inspeccionaron varios muebles de madera ya embalados en el contenedor, y descubrieron que en el interior de varias mesas había “figuras irregulares”, que no formaban parte del estilo mobiliario sino que se trataba de 180 ladrillos rectangulares de cocaína. Siguieron allanamientos, detenciones y lo de siempre, una conferencia de prensa. Esta vez no pudo ser.