En los países afectados por el zika, la demanda de abortos aumentó en más de un cien por ciento, aseguró un estudio realizado por investigadores de las universidades de Princeton, Texas y Cambridge, y la ONG Women on web (WoW). El relevamiento consideró la demanda de información sobre abortos medicamentosos seguros que recibió la web de la ONG entre el 1 de enero de 2010 y el 2 de marzo de este año, en todos los casos provenientes de regiones en las que impactó el virus. “Investigamos si los requerimientos vinculados a abortos se incrementaron luego de la alerta de la Organización Panamericana de la Salud (acerca de la epidemia), en comparación con las tendencias previas al anuncio”, señaló el informe, que detalló que, en ese período, el mayor aumento de la demanda en el sitio www.womenonweb.org se registró en Brasil (108 por ciento de incremento), seguido por el de Ecuador (107,7 por ciento) y Venezuela (93,3 por ciento).

“La idea de realizar el estudio surgió de la necesidad de comprobar estadísticamente el vínculo entre zika y demanda de un aborto seguro, ya que la mayoría de los países donde el virus es una epidemia, son lugares donde el aborto se encuentra penalizado”, explicó Leticia Zenevich, de WoW. “El problema que vemos es que no se ha analizado el impacto del virus en la salud reproductiva de las mujeres. Y aquí vuelven a estar más expuestas las mujeres de sectores más vulnerables, porque en todo el mundo, la que muere por practicar un aborto inseguro es la mujer pobre”, agregó.

Desde que la OPS declaró la emergencia sanitaria por el zika, distintos estudios realizados fundamentalmente en Brasil relacionaron el contagio de mujeres embarazadas con el nacimiento de bebés microcefálicos.

Para el estudio, los investigadores clasificaron en tres grandes grupos a los países latinoamericanos cuya: en el grupo A quedaron aquellos territorios “con transmisión de zika autóctono, aborto legal restringido y advertencias sanitarias públicas para embarazadas”; en el grupo B, aquellos “sin transmisión de zika autóctono y con aborto legalmente restringido”; en el C, aquellos “con transmisión de zika autóctono, aborto restringido legalmente y sin advertencias nacionales públicas para embarazadas”. Los investigadores también contemplaron como control del estudio a tres países en los que nada auguraba incremento de la infección por zika (Chile, Polonia y Uruguay).

“Durante las últimas tres semanas del estudio, a las mujeres se les preguntó específicamente si estaban buscando abortar por temores derivados de la infección con el virus del zika”, aunque en las respuestas las mujeres no tenían que confirmar si habían recibido un diagnóstico que les confirmara el contagio.

“El mayor aumento de la demanda la detectamos en Brasil, con un 108 por ciento; seguido de Ecuador, de 107,7 por ciento, y Venezuela, con un 93,3 por ciento”, detalló la activista Zenevich. En el sitio, añadió, “hemos tenido muchos testimonios de mujeres que fueron abandonadas por sus parejas en Brasil tras conocer que su hijo iba a tener microcefalia. Las mujeres quedan solas, sin contención integral de parte del Estado, y la discapacidad de un hijo potencia a su vez la situación de pobreza”.

El informe “Requests for Abortion in Latin America Related to Concern about Zika Virus Exposure” detalla que “en los países donde hay transmisión local de Zika y se emitieron advertencias sanitarias públicas para las mujeres, los resultados mostraron un aumento sustancial de las tendencias de base en las solicitudes de aborto en el período post-Zika”. Para la autora principal del estudio y profesora adjunta de Asuntos Públicos en la Universidad de Texas, Abigail Aiken, la investigación “ayuda a entender cómo, después de las declaraciones oficiales del gobierno, las preocupaciones sobre el zika afectaron la vida de las mujeres embarazadas en la región” y también a destacar “la falta de autonomía reproductiva a los que se somete a estas mujeres”.

Para Zenevich, los resultados “fueron muy contundentes” a la hora de determinar pasos a seguir en la salud pública. “Necesitamos, por un lado, más investigaciones sobre la temática. Y, por el otro lado, que el Estado promueva acciones de apoyo integral a las mujeres, ya sea que decida interrumpir el embarazo, o bien que quiera continuarlo”.

En abril de este año, la OMS reclamó que los países de la región reconozcan el zika como un tema en la agenda de la salud reproductiva.

“Estas enfermedades son expresión inequívoca de las desigualdades e inequididades sociales. No casualmente las más afectaads son las poblaciones vulneradas, mujeres pobres y de grupos étnicos expuestos”, había señalado entonces Ariel Karolinski, consultor de la entidad.