Viernes, 12 de agosto de 2016 | Hoy
SOCIEDAD › UN FISCAL DE BARILOCHE DESCARTó QUE EL OFICIAL LUCAS MUñOZ SE HUBIERA SUICIDADO
Después de confirmar que el cuerpo hallado pertenecía a Lucas Muñoz, el fiscal que investiga el caso confirmó que fue asesinado. Se analiza si, como sostiene la familia, lo mataron en otro lado y luego arrojaron el cuerpo en el descampado.
Luego de confirmarse que el cuerpo hallado cerca de la ruta de Circunvalación de Bariloche pertenecía al oficial de la policía rionegrina Lucas Muñoz, desaparecido el 14 de julio pasado, el fiscal que investiga el caso, Martín Govetto, en conferencia de prensa, confirmó que se trató de un crimen, y descartó la muerte accidental o el suicidio. La confirmación del fiscal tenía su sentido: junto al cuerpo había una pistola que permitía sospechar que se hubiera tratado de un suicidio. Govetto descartó la idea con lo que ahora se aguarda la confirmación de si se trató de un arma plantada. En Río Negro, la policía es fértil en ideas.
“Ha sido una muerte violenta”, dijo ayer por la tarde Govetto, en base a los primeros resultados de los peritajes realizados por Gendarmería Nacional en el lugar del hallazgo del cuerpo.
Govetto, acompañado por el fiscal general de Río Negro, Marcelo Alvarez, señaló que a instancias de la querella se investiga la hipótesis de que a Muñoz, de 29 años, lo mataron en otro lugar, luego ocultaron el cuerpo durante varios días y finalmente lo “tiraron” en el sitio en el que lo hallaron ayer por la tarde, donde también se intentó montar la escena de un suicidio. “No hay dudas que fue un homicidio”, aseguró y añadió: “Descartamos cualquier hipótesis de accidente y el suicidio.”
El instructor judicial detalló que la identidad del cadáver se confirmó a través de las “huellas dactilares” ya que el mismo se encontraba en un avanzado estado de descomposición por lo que no se lo pudo reconocer visualmente.
“No tenemos confirmado el momento y el lugar (del homicidio)”, sostuvo Govetto, quien se excusó de confirmar si el cuerpo presentaba un balazo en la cabeza.
Sí dijo que “cerca” del cuerpo se encontró un arma de fuego aunque aun no se acreditó que fuese la pistola reglamentaria de Muñoz, por lo que se aguardaban los peritajes balísticos sobre la misma.
El fiscal agregó que una vez que concluya la autopsia, el cuerpo será entregado a sus familiares. Continuaban ayer los peritajes en los laboratorios científicos donde también se realizarán estudios de ADN.
Durante la mañana, peritos del Cuerpo de Criminalística y Estudios Forenses de Gendarmería Nacional realizaron estudios en el lugar donde fue encontrado el cuerpo. Los especialistas había concurrido el miércoles por la noche a inspeccionar el lugar del hallazgo, seis kilómetros al sur del centro de la ciudad por la ruta nacional 40, y a 800 metros al este por la ruta de Circunvalación, pero una fría tormenta con fuertes vientos les impidió realizar el operativo, que terminaron realizando ayer por la mañana.
Los criminalistas llegaron al lugar con equipamiento especial en dos camiones pequeños y luego de hablar con el juez Bernardo Campana y el fiscal Martín Govetto, se enfundaron en mamelucos blancos con capucha y subieron a la loma en donde estaba el cuerpo.
En el lugar se hallaba también el hermano del policía, Javier Muñoz, con los abogados de la familia, Alejandro Pschunder y Karina Chueri, quienes en declaraciones a los medios locales indicaron que según algunos indicios el cuerpo de Lucas fue “plantado” en el lugar luego de permanecer escondido en un sitio cercano a la ruta a El Bolsón.
“Queremos que nos den participación en la autopsia y que si se comprueba que el cuerpo fue plantado vayan a acordonar el lugar donde nosotros decimos que estuvo”, afirmó Pschunder.
El policía hallado muerto trabajaba en la comisaría 42, cerca de donde fue encontrado el cadáver –una de las jurisdicciones más complejas de Bariloche– y fue visto por última vez el jueves 14 de julio al mediodía, cuando iba a cubrir su puesto uniformado.
Una cámara de seguridad particular lo grabó en cercanías de la pensión en la que se alojaba y dos policías de una patrulla peatonal fueron los últimos en verlo vivo a 400 metros de la seccional, cuando conversaba con alguien que se hallaba dentro de un auto gris, probablemente un Chevrolet Corsa.
Por denuncias públicas de sus padres, Benjamín Muñoz y Alicia Ocares, y de sus hermanos, Javier y Paola, la investigación a cargo de Campana y del fiscal Guillermo Lista se orientó hacia un presunto encubrimiento y obstrucción por parte de la policía, línea que es investigada por el fiscal Govetto.
Ese fiscal imputó a siete policías –tres comisarios, un subcomisario, dos oficiales y un suboficial– por encubrimiento agravado y obstrucción de la Justicia. Entre los imputados, ordenó detener al sargento Néstor Meyreles y al oficial principal Luis Daniel Irusta, que enfrentan la acusación con serios indicios en contra.
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