Ayer por la mañana, como sucede martes por medio en el municipio de Tigre, había sesión en el Concejo Deliberante. Pero la particularidad es que la actividad legislativa tendría lugar justo después de la gran movilización que el viernes pasado se realizó ante la municipalidad por los hechos de abuso institucional y violencia hacia la comunidad perpetrados por el Centro de Operaciones Tigre (COT, una suerte de policía municipal). Se esperaba una sesión en la que se repudiara la golpiza recibida por José Ojeda, un vecino tigrense, a manos de un inspector del COT, que resultó ser Héctor Eusebio Sosa, un agente exonerado de la Policía Bonaerense tras ser denunciado por el asesinato de tres jóvenes, además de estar acusado por su ex mujer de ser el violador de su hijastra. Pero el repudio de los legisladores de Tigre nunca tuvo lugar, porque cuando los concejales del Frente para la Victoria (FpV), Cambiemos y Peronismo para la Victoria llegaron al recinto, una inusual sesión de apenas minutos, realizada con la sola presencia de la mayoría del Frente Renovador (FR) custodiada por una patota de la hinchada de Tigre, ya había terminado. Por este motivo, los bloques opositores realizaron una declaración conjunta en la que denuncian que “el bloque del Frente Renovador sesionó por primera vez en la historia del Concejo Deliberante en un horario inusual, en un trámite express de 5 minutos, con presencia de patotas municipales y sin dar aviso al resto de los bloques, con el fin de evitar un repudio al accionar violento del agente municipal del COT, Héctor Sosa”.

Las sesiones en el Concejo Deliberante de Tigre se suelen convocar para las 9.30, y luego hay un margen de tiempo destinado a las negociaciones previas, como para que la sesión esté ordenada y los bloques ya conozcan los temas de discusión de la jornada o si habrá alguna actividad extra como la realización de un homenaje, por ejemplo. Por esta misma dinámica, las sesiones nunca comienzan antes de las 11 de la mañana. “Esta vez empezaron a las 9.30, terminaron en minutos y se fueron, porque tienen el quórum”, advirtió Ana María Fernández Costa, concejal de Cambiemos. “Fue por unos proyectos que había presentado el Frente para la Victoria, uno de los cuales acompañamos, por el tema de abuso del COT, que le pegó a un vecino recientemente”. El proyecto en el que había acordado todo el arco opositor se trata de un pedido de informe a la Secretaría de Seguridad Ciudadana del municipio, a cargo de María Eugenia Ferrari. “Incluso vino gente que fue víctima de abusos por parte del COT, la gente dice que los agreden, los golpean, muchos chicos de las escuelas, y lo que detonó todo este tema es el video que se difundió en el que se ve cómo el agente del COT le pega y le quiebra la tibia y el peroné a este vecino”, señaló Fernández Costa. Federico Ugo, presidente del bloque del FpV, advierte: “Lo de hoy en el Concejo fue una maniobra para evitar el tema del COT y para no tener que debatir abiertamente con la presencia de la comunidad”.

Hace dos semanas José Ojeda estaba realizando su trabajo diario como repartidor de harina junto a su ayudante. En una de las paradas que realizaron con la camioneta, en una estación de servicio de Benavídez, se complicó su jornada. Cuando Ojeda quiso retirar el vehículo encontró que una patrulla del COT obstaculizaba su paso. Ante su requerimiento para que los agentes municipales movieran su patrulla con el objetivo poder continuar con su trabajo, recibió como respuesta una dura golpiza que lo dejó tumbado en el piso. Toda la escena fue filmada por un vecino con su celular. En las imágenes que se viralizaron rápidamente por las redes sociales se ve a los policías golpeando con saña y también amenazando al hombre que filmaba la escena con su celular y al playero de la estación de servicio que intentaba defender al trabajador. Como si todo esto fuera poco, Ojeda terminó detenido, junto el playero y su empleado porque se negaron a firmar una declaración en donde decía que ellos habían agredido a los policías. Con la difusión del video la indignación creció en pocos días no sólo porque numerosos vecinos y vecinas reconocieron esa violencia como moneda corriente de las fuerzas de seguridad de Tigre, sino también porque trascendió que el inspector del COT que agredió a Ojeda es Héctor Eusebio “el paraguayo” Sosa, quien fue acusado en 1999 de fusilar a Víctor “El Frente” Vital, un adolescente de 17 años en una villa de San Fernando, y en 2006 a otros dos jóvenes, Jorge Martínez y Jonathan Lorenzo, aunque finalmente resultó sobreseído.

“Nosotros habíamos planteado pedir que el Concejo en su conjunto repudie el hecho de violencia del que fue víctima José Ojeda”, contó Ugo. “Además pretendíamos presentar un proyecto de ordenanza que regule la elección de los inspectores del COT, queremos solicitar una auditoría integral de todos los agentes, para que se blanqueen los legajos y no se permita contratar policías exonerados”. Ante la imposibilidad de poder tratar estos temas en la sesión de ayer en el Concejo Deliberante, los concejales del FpV, Cambiemos y Peronismo para la Victoria realizaron un pedido de sesión extraordinaria para tratar estos temas referidos a la seguridad ciudadana del municipio. En el transcurso de esta semana la presidenta del Concejo, Alejandra Nardi (FR), debe responder.

Si bien el intendente Julio Zamora se reunió con Ojeda y su familia y separó del COT a Sosa, nadie parece haber quedado conforme con ese gesto. Las organizaciones (sindicales, políticas y de derechos humanos) que convocaron a la marcha del viernes pasado demandan castigo a Héctor Eusebio Sosa, eliminación del COT y la renuncia de María Eugenia Ferrari y Eduardo Feijóo, secretaria y subsecretario de Protección Ciudadana de Tigre.