SOCIEDAD › LA BBC ORGANIZA LA PRIMERA CARRERA TELEVISADA DE ESPERMATOZOIDES
A ver quién los tiene más rápidos
Los participantes son los conductores de un ciclo de divulgación científica de la BBC. Ambos adoptarán distintas “rutinas de entrenamiento” para verificar si diferentes estilos de vida afectan la capacidad reproductiva. Podrá verse el jueves en todo el mundo.
Como en las de Fórmula 1, lo importante en esta carrera será la largada pero, a diferencia de las de caballos, en ésta no se podrá repetir de inmediato la largada si sale mal: la BBC de Londres trasmitirá el próximo jueves “la primera carrera televisada de espermatozoides de la historia”. El propósito de la competencia no será obtener nuevos datos científicos sino promover un inusual programa de divulgación, “Ratas de laboratorio”, cada uno de cuyos conductores proveerá semen para la carrera. El evento se producirá cuando arrecia el desconcierto internacional por una posible disminución en la fertilidad masculina, atribuida al uso de drogas, a la contaminación ambiental o –según una investigación reciente– a la obesidad. En cuanto a la competición de esta semana, en cierto modo copia la “competencia espermática” que se advierte en la naturaleza: según la prestigiosa revista Nature, “en casi todas las especies animales, las hembras copulan con múltiples machos” y muchas veces el segundo en copular será el que fecunde a la chica, ya que sus espermatozoides pueden “desplazar o incapacitar” a los del otro. Entre los humanos, en cambio, el espermatozoide que gana siempre es del marido.
La carrera se emitirá el jueves a las 18.30 (hora argentina) por el Canal 3 de la BBC. Intervendrán espermatozoides provistos por Mike Leahy y Zeron Gibson: el primero de ellos es científico, el otro comediante y ambos conducirán un programa de divulgación en el que, como ya se advierte, pondrán el cuerpo. En una edición ulterior, ambos se someterán a una fuerza gravitacional nueve veces superior a la terrestre mediante un aparato centrifugador; otra semana, Leahy pasará 60 horas sin dormir para examinar los efectos de la falta de sueño.
Para este jueves, se entiende que los participantes suministrarán el semen con anticipación, mediante el procedimiento habitual que pondrán en práctica simultáneamente aunque no juntos. La competencia tendrá lugar en dos probetas de cristal y se registrará mediante cámaras con microscopios. El doctor Allan Pacey, de la Universidad de Sheffield, estudiará el semen de cada uno de ellos y formulará una hipótesis acerca del posible ganador. Ambos anunciaron que adoptarán distintas “rutinas de entrenamiento” para ilustrar cómo los estilos de vida afectan la capacidad reproductiva.
La presentación se enmarca en la insistente inquietud por la caída en la fertilidad masculina en los últimos años. Un estudio del Centro de Fertilidad Aberdeen, de Escocia, advirtió una baja del 29 por ciento en los recuentos de espermatozoides de 16.000 muestras a partir de 1989. Sin embargo, “no podemos asegurar una caída general en la fertilidad, ya que nuestros datos se refieren a hombres que buscaban tratamiento por ese problema”, admitió Siladitya Bhattacharya, quien dirigió la investigación.
Los datos de baja de fertilidad que parecían más consistentes se habían hecho en Dinamarca, por comparación entre conjuntos de espermogramas con cincuenta años de intervalo, pero “una revisión metodológica desestimó sus resultados”, señaló Juan Vázquez, jefe de andrología del Hospital de Clínicas de Buenos Aires. Una nueva investigación dirigida por William Roudebush en la clínica Reproductive Biology Associates, de Atlanta, Estados Unidos, que tomó semen de 500 hombres, encontró que “la obesidad podría reducir el conteo de espermatozoides por debajo del necesario para fertilizar”; estos resultados “explicarían por qué la infertilidad masculina aumenta siguiendo las tasas de obesidad en países occidentales”.
También se señalaron descensos de la fertilidad en fumadores de tabaco y de marihuana. En cambio –según un equipo de la Universidad de San Pablo, Brasil–, la cafeína podría favorecer la fertilidad al incrementar la motilidad de los espermatozoides.
Otras hipótesis aluden a la contaminación ambiental. Por ejemplo, “en estudios efectuados en plantas de hidrocarburos, la calidad del semen de los empleados administrativos resultó superior a la de los obreros en contacto con las sustancias procesadas”, comentó Vázquez.
En cuanto a los criterios para semblantear la carrera del jueves, “en los espermogramas actuales se toma en cuenta, además de la cantidad, lavelocidad y la dirección de los espermatozoides”, precisó Claudio Chillik, director del Centro de Estudios de Ginecología y Reproducción. En condiciones naturales, la orientación de los espermatozoides en el aparato genital femenino estaría determinada por diferencias en la acidez –mayor en la vagina, menor en las trompas, hacia las que deben avanzar–; otro factor, según una investigación que dirigió Michael Eisenbach en el Instituto Weizmann de Israel, sería el calor producido por el óvulo, por el cual las células masculinas se guiarían en forma parecida a los misiles militares que detectan el calor de los motores enemigos.
En la naturaleza, “la competición espermática puede ocurrir toda vez que semen de más de un macho está presente en el tracto reproductivo de la hembra –según una nota de A. G. Clark publicada en la revista científica Nature–. Estudios de moscas Drosophila revelaron que el 80 por ciento de las hembras tenían esperma de más de un macho”, y “el resultado de la competición espermática no es simple propiedad de cada macho sino de cada par de machos”. En la misma revista, Catherine Price observa que “entre casi todos los animales, las hembras copulan con múltiples machos. Esto permite a los machos competir por la fertilización y a las hembras mediar en esta competencia. En muchos animales, el segundo macho en copular con una hembra engendra la mayor parte de la descendencia, ya que su semen puede desplazar e incapacitar al de los anteriores”.