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Una docente de EGB fue secuestrada por tres hombres que la amenazaron de muerte y le exigieron que renuncie a la escuela en la que trabaja, en la localidad bonaerense de General Rodríguez. “Vos no sos personal para la Escuela 1, tenés que renunciar. Este es un aviso, la próxima te matamos a vos o a uno de tus hijos”, amenazaron los hombres, que actuaron con la cara cubierta pero sin armas. Según fuentes policiales, la mujer se mostró sorprendida porque afirmó tener excelente relación tanto con sus compañeros de trabajo como con los padres de los alumnos.
El hecho ocurrió el jueves pasado a la mañana, cuando Alba Elida Esborraz, de 49 años, se dirigía rumbo a la Escuela Nº 1 de General Rodríguez, donde es docente de EGB. En la esquina de Sarmiento y Aristóbulo del Valle –en un barrio cercano al centro comercial de la localidad–, dos hombres encapuchados la capturaron y a los empujones la obligaron a entrar en un automóvil que la mujer no pudo reconocer.
Dentro del vehículo había un tercer encapuchado que conducía y, según la denuncia, los delincuentes le exigieron la renuncia al cargo que desempeña en la escuela. La liberaron media hora después a 30 cuadras del centro urbano, en el cruce de las rutas 197 y 5, en un paso a nivel del ex ferrocarril Sarmiento conocido como “El Cruce de las Latas”.
La docente llegó tarde a la escuela y de allí fue a radicar la denuncia a la Comisaría 1ª de General Rodríguez. “No le robaron nada, no la golpearon ni le hicieron nada. Ella no pudo identificar a los individuos y aún no se pudo detener a ningún sospechoso. Fue todo muy raro, los hombres ni siquiera estaban armados”, explicaron las fuentes policiales. El extraño caso quedó caratulado como “privación ilegítima de la libertad y amenazas” y la investigación quedó a cargo del fiscal de Mercedes, Eduardo Lennard.
Esborraz es la segunda docente bonaerense capturada en extrañas circunstancias esta semana. El lunes pasado, la docente María Alejandría Espasiano, de 30 años, fue herida de tres balazos en una ruta de la ciudad bonaerense de Ayacucho cuando estaba privada de su libertad, por un joven que luego se mató de un balazo en la boca al verse rodeado por la policía.