SOCIEDAD › OTRO CASO ABSURDO, EN TEMPERLEY
Un disparo por reírse
Reír le costó la vida. Gabriel Darío Suquiami, de 18 años, salió de un boliche bailable en Temperley junto con su hermano y dos amigos para dirigirse a sus casas. El grupo caminaba riendo. Hasta que se cruzó con un muchacho de alrededor de 20 años. La risa provocó la reacción inesperada del extraño. Los tres amigos intentaron esquivar una discusión y siguieron caminando. Pero el muchacho extrajo un arma y disparó, dos veces. Una de las balas dio en la nuca de Gabriel. El hecho ocurrió el sábado de madrugada. Gabriel murió el domingo, por la tarde.
El sábado pasado, alrededor de las 6 de la mañana, Gabriel, su hermano, y dos amigos, salieron de una disco, ubicada en la zona de boliches, sobre la avenida Meeks, de Temperley. El grupo regresaba a sus casas. Caminaban riendo y comentando anécdotas de la noche pasada en la disco, cuando a la altura de las calles Avellaneda y Suárez, a tres cuadras de la estación de trenes de Temperley, se toparon con un muchacho de unos 20 años, que avanzaba en zigzag. Al oír las risas, el muchacho se detuvo, enardecido y preguntó amenazador: “¿Qué, se están riendo de mí?”.
Los amigos respondieron que no y siguieron caminando intentando esquivar una discusión con final incierto. Pero no fue suficiente. Cuando el grupo ya le había dado la espalda, el muchacho extrajo un arma y disparó dos veces. Una de las balas impactó de lleno en la nuca de Gabriel, que quedó tendido sobre la vereda. El agresor huyó y hasta anoche no había sido identificado. Gabriel fue trasladado de urgencia al Hospital Gandulfo, de Lomas de Zamora. Ayer por la tarde falleció. Cuatro años atrás, el padre de Gabriel había sido asesinado cuando asaltaron su local de alquiler de videos.