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La llamada política ABC (abstinencia, fidelidad y condones, por este orden) defendida por George W. Bush llevó la polémica a la XV Conferencia Internacional sobre el Sida, que se celebra en Bangkok hasta el próximo viernes. Científicos, activistas y funcionarios gubernamentales mostraron su discrepancia con la estrategia del presidente de Estados Unidos para luchar contra una epidemia que afecta ya a 38 millones de personas en todo el mundo, y para la que la mayoría de los expertos considera que el método de prevención esencial son los preservativos. Bush tuvo su eco en el presidente de Uganda, Yoweri Museveni, quien ante los miles de delegados que asisten al congreso aseguró: “Los condones son una improvisación. No hacen más que institucionalizar la desconfianza”.
La defensa de la abstinencia como forma de luchar contra la epidemia provocó el contundente rechazo de activistas, expertos y conferenciantes, como Mabel van Orenje, de la Fundación Instituto para una Sociedad Abierta, el actor Rupert Everett, o la congresista demócrata estadounidense Barbara Lee. “Muchas mujeres en todo el mundo son fieles y resultan infectadas por sus maridos. La abstinencia, simplemente, no es una opción”, respondió Van Orenje con tono firme. Lee recordó que muchas chicas y mujeres a menudo no tienen la opción de la abstinencia, ya que son forzadas por sus parejas, por lo que, según dijo, dicha opción no sólo es irresponsable sino inhumana. Onusida, la agencia de la ONU para la epidemia, insistió en que los preservativos son “una parte fundamental de los programas de prevención” y dijo que “hay que acelerar su promoción”. Y lo dejó bien claro: “El condón masculino de látex es el método más eficaz para reducir el contagio sexual del VIH y otras enfermedades de transmisión sexual”.
Muchos delegados criticaron la política de financiación de la lucha contra el sida de la administración Bush por su exigencia de que un tercio del dinero destinado a prevención se emplee en programas que defienden la abstinencia hasta el matrimonio. También fue criticada la escasa presencia de delegados oficiales estadounidenses, que atribuyeron a que en contra de lo que hubiera deseado Estados Unidos la conferencia no se ha centrado en la abstinencia como forma de prevenir la propagación del sida. Washington envió a 236 participantes al anterior congreso, que tuvo lugar en Barcelona en 2002. La ONU ha advertido que la falta de compromiso político y de fondos para poner en marcha programas de prevención globales está minando los esfuerzos para controlar la pandemia. Según Onusida, sólo el 20 por ciento de las personas que mantuvieron relaciones sexuales de riesgo utilizaron preservativo el año pasado en los países en vías de desarrollo.
El año pasado resultaron infectadas 4,8 millones de personas, el mayor número registrado hasta ahora en un solo año. De ellas, el 25 por ciento viven en Asia, donde países como China o Bangladesh sufren una rápida expansión del virus a causa de la prostitución. Y la mejor forma de controlarlo, como han hecho otros países como Tailandia, es promover la utilización del condón, según los expertos.

* De El País de Madrid. Especial para Página/12.