SOCIEDAD › EL CURA DE “SIN TAPUJOS” ACUSA AL ARZOBISPO

“Amarillista y dictatorial”

El párroco Guillermo Mariani rompió el silencio y apuntó al arzobispado cordobés. En su última misa dominical dijo que “es una dictadura la que gobierna la Iglesia de Córdoba”.

El polémico cura cordobés Guillermo Mariani volvió a cargar contra la jerarquía de la Iglesia. Esta vez, el autor de la biografía Sin tapujos, aquella obra que provocó un escándalo entre los cordobeses, acusó a la Iglesia local de “amarillista” y “dictatorial”. Después de meses de silencio, el cura decidió salir a defender de ese modo su biografía, dos semanas después de que el arzobispo Carlos Ñáñez le pidiera “delicadeza” a través de una carta pública dirigida a la comunidad católica de la provincia.
“No me asombra el amarillismo del periodismo cuando estoy afrontando el amarillismo de la Iglesia, que desde su autoridad máxima se atrevió a considerar mi libro sin leerlo. Eso sí es amarillismo”, sostuvo ayer, durante su misa dominical, el cura Guillermo Mariani.
Hace dos semanas, en una carta pastoral leída en todas las parroquias cordobesas, el arzobispo Carlos Ñáñez expresó el “profundo dolor” que le causó la difusión del libro de Mariani, a quien le reclamó “delicadeza” para tratar “ciertos temas”. Esa fue la segunda oportunidad en la que el arzobispo habló públicamente de la obra. La primera vez fue cuando apenas se había difundido la biografía de Mariani, con opiniones sobre el celibato y los detalles de su experiencia sexual con mujeres y con otros sacerdotes después de la ordenación. A través de un comunicado ofrecido a los medios de comunicación, Ñáñez había expresado su profundo dolor y le pidió al cura que tuviera cautela.
En la carta pastoral, Ñáñez había recordado que Mariani “narra su vida, su ministerio, sus experiencias” y “entre éstas, algunas que hacían referencia a sus relaciones sentimentales y a intimidades con personas de uno u otro sexo”. El arzobispo opinó en esa ocasión que “no se trata de querer disimular u ocultar nada. Se trata simplemente de que hay ciertos temas, experiencias, que conviene considerar con autenticidad, pero al mismo tiempo con delicadeza, por respeto a las personas, a su intimidad y a sus convicciones”.
Tras la publicación del libro Sin tapujos y hasta ahora, el cura Mariani había mantenido un riguroso silencio de radio. Después de las primeras entrevistas con medios nacionales y su aparición en programas televisivos, en España y en Chile, la máxima autoridad de la Iglesia le prohibió seguir haciendo manifestaciones públicas. Mariani cumplió, pero ayer rompió el silencio, después de analizar pacientemente durante dos semanas de qué forma responderle al arzobispo.
“Es una dictadura la que gobierna la Iglesia de Córdoba”, dijo Mariani, ayer, sorpresivamente, durante la misa que celebra cada domingo en La Cripta de la Iglesia Nuestra Señora del Valle, la parroquia del barrio Villa Belgrano en la capital cordobesa, donde Mariani está hace años. “Durante mis primeros diez años de sacerdocio, sumiso y pecador oculto, recibí muchas y constantes alabanzas de mis superiores, pero cambió cuando tomé en serio y con madurez mi sacerdocio”, pero “desde entonces, nunca nadie de la jerarquía reconoció ningún mérito”.

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En su libro autobiográfico, Mariani relata sus experiencias sexuales con mujeres y otros curas.
 
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