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La plaza Valentín Alsina se colmó ayer de centenares de vecinos y amigos que se reunieron para pedir la liberación de Gabriel Gaita, el joven de 30 años que permanece secuestrado desde hace una semana. El escenario del reclamo en el sur del conurbano bonaerense se vistió de pancartas, antorchas, rezos y velas encendidas. Pese a que los familiares no participaron de la movilización, la siguieron por televisión y enviaron un mensaje al lugar de la marcha para “agradecer la participación de la gente”. Anoche, la familia de Gabriel esperaba un nuevo llamado de los secuestradores para avanzar en las negociaciones para el pago del rescate.
Uno de los discursos definidos como los más conmovedores por los propios participantes de la marcha fue el realizado por el cura Juan Ramón, párroco del distrito, quien pidió que “permanezca cada vela encendida porque, de ese modo, habrá una luz de esperanza”. En tanto, los amigos de Gabriel anticiparon que en caso de que “Gabi no aparezca” realizarán otra marcha el próximo martes.
Blumberg, por su parte, no perdió la oportunidad de ratificar su convocatoria para una movilización frente al Congreso de la Nación. Sostuvo que “todos los argentinos deben estar unidos contra la inseguridad”: “Les pido que el 26 estemos todos juntos en la plaza para exigir que los legisladores rindan cuenta de lo que no hicieron de nuestro petitorio”, dijo.
Durante la marcha, la familia de Gabriel se comunicó al celular de uno de los amigos del joven cautivo para que hiciera público su “agradecimiento por la cantidad de vecinos” que se acercaron a la plaza, lo cual los “conmovió y fortaleció espiritualmente”. Mientras, seguían cada detalle de la movilización por televisión. Es que los Gaita continuaban anoche apostados en el country donde se encuentran, aguardando que sonara el teléfono.
“Se está esperando una nueva comunicación de los secuestradores para avanzar en la negociación”, explicó Aldo, un allegado a la familia que concurrió a la marcha. El último llamado fue recibido el lunes último, en el que los captores informaron que Gabriel “está bien”. De todos modos, la familia mantiene en reserva el monto solicitado. Los padres de Gabriel, dueños de una curtiembre en Valentín Alsina, se instalaron el fin de semana en un country del conurbano, tras llegar de Italia, donde se encontraban por razones de negocios.