EL PAíS
Empieza hoy la cuenta regresiva para Vázquez
El Senado comenzará el proceso de juicio político contra el juez de la Corte Suprema Adolfo Vázquez. La defensa del sobreviviente ministro de la mayoría automática tendrá quince días hábiles para su descargo.
Por Eduardo Tagliaferro
Para Adolfo Vázquez comenzó el tiempo de descuento. A primera tarde de hoy la Cámara alta comenzará formalmente con el juicio político en su contra. Los senadores recibirán el expediente que por mal desempeño votó la Cámara baja y también prestarán su juramento como miembros del tribunal. El cuerpo citará para el miércoles próximo a la Comisión de Acusación que integran los diputados Ricardo Falú, Nilda Garré y Hernán Damiani. Luego de esto, la defensa del cortesano tendrá como máximo quince días hábiles para entregar su descargo. Cuando se enjuició a Eduardo Moliné O’Connor, ese paso coincidió con otra decisión del cuerpo: la suspensión. Si para realizar su descargo, Vázquez toma la totalidad del plazo previsto reglamentariamente, su suspensión podría concretarse el próximo 15 de setiembre.
Cuando Carlos Menem lo eligió para ocupar un lugar en el máximo tribunal de Justicia, Vázquez se lo agradeció a través de una carta que encabezó: “A mi muy querido amigo y Presidente”. El gesto de lealtad no fue el único pero sí el primero. A ese le sobrevendrían otros. “No estoy tan seguro que Vázquez sea amigo del Presidente”, explicó a este diario un legislador que intentaba minimizar de esa manera la defensa que el menemismo podría hacer del juez.
Vázquez fue acusado por quince cargos en cuatro causas. Conocidas como caso Macri, Meller, Magariños y Dragonetti de Román. Los tres primeros integraron la acusación contra Moliné. Como Macri y Magariños fueron desestimados, es probable que en esta ocasión el Senado ponga toda su energía en el caso Meller, el mismo que terminó con la destitución de Moliné. El caso de Dragonetti de Román es nuevo para el tribunal y tiene componentes similares al de Magariños. Se trata de una sanción impuesta a una jueza más allá de las atribuciones del tribunal.
Con la salida de Vázquez, caería el cuarto miembro de la denominada mayoría automática del menemismo. Julio Nazareno renunció luego de una saga disparatada de declaraciones y de que el presidente Néstor Kirchner anunciara públicamente la vergüenza que le producía el más alto tribunal de Justicia del país. Guillermo López renunció antes de que se formulara la acusación en su contra. Moliné dio batalla y mostró que tenía más apoyos políticos de los que se suponía. Apoyos que superaron la incondicionalidad de Eduardo Menem. Antonio Bo- ggiano, el otro ministro funcional al menemismo, hasta ahora sobrevive a los planteos que podrían provocar su desplazamiento.
De aquel Senado que destituyó a Moliné al actual, algo cambió. Y no es simplemente su composición. En aquella ocasión el radicalismo terminó siendo funcional a la defensa del dirigente de tenis que hoy se pasea por Atenas. El principal argumento fue que no se le había otorgado al mendocino Raúl Baglini la posibilidad de excusarse en el proceso. “Desde que Carlos Maestro se fue del Senado, las decisiones del bloque siempre coincidieron con las que toma el radicalismo en Diputados”, comenta a este diario un legislador de la UCR en la Cámara alta. La frase insinúa que en esta ocasión los radicales acompañarán la acusación contra Vázquez, como hicieron en la Cámara baja a la hora de votarse la acusación por mal desempeño.
La interna del peronismo es diferente de cuando se acusó a Moliné. Hace no mucho, Vázquez supo tocar el timbre de Eduardo Duhalde en busca de protección. En aquella ocasión recibió un salvataje. Ahora Duhalde acaba de acordar con Kirchner una tregua política que incluye la confección de las listas electorales bonaerenses. ¿Es Vázquez una pieza de tanto valor como para romper el trabajoso acuerdo? La principal duda será si Eduardo Menem asume la defensa cerrada del juez, como sí hizo con Moliné. Antes del Pacto de Olivos, cuando el menemismo cambió algunas de sus fichas en la Corte, Moliné se negó a renunciar a pesar del mandato de la Rosada. Sus principales defensores en esa ocasión fueron su cuñado Hugo Anzorreguy y Eduardo. La militante defensa del riojano en el Senado no fue sorpresa. ¿El amor llegará tan lejos como para alcanzar a Vázquez? Luego de la sanción de la Ley de Responsabilidad Fiscal, el Gobierno ha aceitado su relación con las provincias. Y es sabido que eso también suma lealtades en el Senado.