SOCIEDAD › UN COMISARIO DENUNCIO A LA DEPARTAMENTAL MARPLATENSE

Con el ventilador prendido

Era comisario inspector y lo pasaron a retiro. Ahora denunció que en el operativo por Semana Santa hubo menos policía en la calle que la pagada adicionalmente. Internas en la Bonaerense.

 Por Horacio Cecchi

Una nueva denuncia ante la Justicia propone una interpretación que, no por sorprendente, deja de ser conocida: la Bonaerense no es una cueva de lobos sino un enjambre de kioscos –en el sentido más amplio del término-. En ese sentido, la Jefatura Departamental de Mar del Plata fue objeto de una denuncia por el uso presuntamente irregular de una partida de 20 mil pesos, destinada a viáticos de 100 policías extra durante la Semana Santa larga, que terminaron siendo menos por el mismo precio. La olla, esta vez, se destapó desde adentro: un alto ex integrante de la Departamental, el comisario inspector Francisco Visky, fue quien pateó el tablero. Más allá de que se intenta comprobar el delito, los investigadores sospechan una movida encubierta. Curiosamente, Visky presentó la denuncia casi un mes después de ocurrido el hecho, el viernes pasado, el mismo día en que fue pasado a retiro. El denunciante, a su vez, como ex jefe de la Departamental de La Plata, fue procesado hace un año por cajonear denuncias para bajar los índices delictivos.
El viernes pasado, el comisario inspector Francisco Visky se presentó ante la fiscalía de Delitos Económicos marplatense, a cargo de Pablo Poggeto. En su denuncia, Visky pidió que se investigara el mal uso de una partida de 20 mil pesos para cubrir viáticos de 100 policías. La remesa había sido enviada por el Ministerio del Interior, como un extra para reforzar la seguridad por la afluencia turística de Semana Santa.
“La remesa era de viáticos –describió una fuente judicial–. Es un sistema poco común, porque se utilizan para pagar a efectivos que están de franco, ya que en servicio no pueden cobrar extras. Cada viático, por policía y por día, es de 38,60 pesos. Se enviaron por cinco días, o sea, 193 pesos, y para cien policías. Por eso ronda los 20 mil pesos”. Según Visky, en el operativo reforzado hubo muchos menos uniformados que los pagados por la remesa. El denunciante aseguró que el mismo jefe provisorio de la departamental marplatense, Romualdo Díaz, “almorzaba uno de los días de Semana Santa con su familia en el centro de la ciudad y llamó a la Departamental porque había notado que había pocos policías”. Poggeto solicitó los libros y registros de la jefatura. “Me presenté ante el fiscal para ponerme a su disposición”, confió Díaz a este diario, aseguró desconocer los motivos que llevaron al ex integrante a presentarse ante la Justicia y, obviamente, el delito denunciado.
De todos modos, Página/12 pudo averiguar varias curiosidades y, al menos, una contradicción en el nuevo caso destapado de la olla de la Bonaerense. La primera curiosidad es la coincidencia en la fecha de presentación de la denuncia. Visky fue retirado del servicio activo el viernes pasado. “El viernes, Visky ya sabía que lo jubilaban”, aseguró una fuente de la departamental. La segunda es que ocupaba un cargo alto –era jefe zonal, o sea, tenía a cargo un buen número de comisarías–: es, por lo menos, curioso que presentara la denuncia un mes después de cometido el delito.
La contradicción: el pasado de Visky se choca de frente con su tesitura legalista. Siendo jefe de la Departamental La Plata, entre el ‘98 y ‘99, allanaron su jefatura y terminó procesado por el fiscal platense de Investigaciones Complejas, Carlos Argüero, por cajonear y destruir denuncias con la intención de hacer bajar los índices delictivos de la jurisdicción a su cargo. Como ocurre usualmente en estos casos, la cúpula enfrió el caso sacándolo del medio. Fue a parar a Mar del Plata. En su reemplazo fue enviado Carmelo Impari.
Las curiosidades vuelven a mostrarse como parte de la estructura vertebral de la Bonaerense: Impari fue conocido ampliamente por haber firmado una circular, en agosto pasado, en la que ordenaba detener a los chicos de la calle “para protegerlos”. En realidad, este diario comprobó que Impari firmó la circular pero fue el ex jefe policial Amadeo D’Angelo quien dio la orden. Impari, por entonces segundo en importancia en laBonaerense, fue congelado en Mar del Plata para no entorpecer la carrera de su jefe, delfín del “Chorizo” Mario Rodríguez. En el entorno de Impari aseguran que esperaba un golpe que lo sacaría fuera de carrera. El golpe llegó el 26 de enero pasado, con el clásico del verano Boca-River. El partido terminó con enfrentamiento de hinchadas. Impari, como jefe de la policía marplatense, fue procesado por haber enviado 200 uniformados menos que los pagados para custodiar el clásico. La investigación la lleva adelante el fiscal Poggeto, el mismo que ahora investiga el quiosco de los viáticos.
“Llama la atención –señaló un investigador del caso– que Visky haya presentado la denuncia pocos días antes de que venza la licencia forzada de Impari. Parece que estuviera diciendo que los delitos por los que se acusó a Impari siguen ocurriendo cuando él no está en el cargo”.

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El Ministerio del Interior pagó viáticos extra para reforzar la seguridad durante Semana Santa.
 
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