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Después de casi cien años de vida, al Parque Centenario le llegó el momento de su renovación. A partir de enero, el tradicional espacio verde del barrio de Caballito estará cerrado para ejecutar su “remodelación integral”, según lo definió el gobierno porteño. El nuevo Parque Centenario estará rodeado por rejas en su óvalo central, unas seis hectáreas que estarán cerradas de noche, y contará con un servicio de vigilancia privada. Seguirá existiendo el lago, pero con una isla en su interior y, junto a él, un enorme anfiteatro con capacidad para 2000 personas. También habrá dos unidades de baños públicos. Los artesanos y los libreros tendrán un lugar especial, sobre los bulevares radiales que se abren fuera de ese perímetro enrejado, aunque aún no han dado su consentimiento. También habrá espacio para vendedores informales y puestos de gastronomía. Para los vecinos, nucleados en la Asociación de Voluntarios de Parque Centenario, ser trata de “una respuesta a un reclamo que ya lleva diez años”.
“Tratamos de respetar en el proyecto la historia del parque, incorporando elementos de las distintas etapas por las que pasó”, dijo a Página/12 David Mutchinik, coordinador de la Unidad de Proyectos Especiales del gobierno porteño, a cargo de la remodelación. Entre esas distintas etapas históricas se incluye la del parque original, diseñado por el paisajista Carlos Thays para su inauguración, en el Centenario de la Revolución de Mayo, cuando la zona aún no estaba urbanizada. También contempla la reforma que se hizo durante el primer gobierno de Juan Domingo Perón, cuando se construyó un gran anfiteatro en el centro del parque. “Ese anfiteatro, llamado Eva Perón, fue abandonado después de la denominada Revolución Libertadora y terminó demolido. Luego se hizo el actual, de madera. Ahora se va a construir uno nuevo, de cemento, cuya base estará tres metros bajo nivel”, explicó Mutchinik. El nuevo anfiteatro estará en una punta del lago, de espaldas al Museo de Ciencias Naturales.
La tercera etapa que marcó al parque fue la de la última dictadura: “La gestión de Cacciatore construyó el lago y levantó el nivel del suelo, lo que provocó la pérdida de numerosas especies de árboles”, dijo el coordinador del proyecto. La permanencia o no del lago fue motivo de un áspero debate con los vecinos, ya que muchos de ellos se oponían a su permanencia. El gobierno porteño decidió conservarlo pero con el agregado de peces en el agua y una isla en el centro, con plantas y árboles, capaces de atraer a distintas especies de aves. El tamaño será aproximado al actual: tendrá cerca de 2000 metros cuadrados. Junto al lago se instalará una obra en homenaje al levantamiento del Ghetto de Varsovia, en cumplimiento de una ley aprobada por la Legislatura porteña.
La ejecución del proyecto demandará una inversión de 15 millones de pesos. La obra se iniciará entre enero y junio del año próximo, como parte del programa Buenos Aires 10, de obras de infraestructura.
Además del óvalo central enrejado, habrá caniles en el perímetro exterior, también delimitados por rejas. El muro posterior del Museo de Ciencias Naturales será demolido y reemplazado por un enrejado, y también quedará librado el acceso, desde el parque, al jardín posterior de ese centro de exhibiciones.
El proyecto permitirá, además, recuperar para el uso público un predio hasta ahora explotado por la Cooperadora del Hospital de Oncología, donde hoy hay un kiosco y una cancha de fútbol privada. “Ese espacio será destinado a actividades deportivas”, precisó Mutchinik. La obra se realizará en dos etapas: primero se abordará la zona central y luego la periferia del parque.
“La lucha por la recuperación de este espacio verde ha dado sus frutos”, destacó a Página/12 Gustavo Toronchik, presidente de la Asociación Voluntarios de Parque Centenario. La organización vecinal se creó hace diez años con el objetivo de recuperar ese espacio público. “Después de tanto tiempo y de algunas soluciones parciales, logramos una respuesta a nuestros reclamos”, puntualizó el dirigente barrial.
Los vecinos participarán hoy de una reunión informativa, junto con representantes de los libreros, los artesanos y los vendedores informales, en el CGP de la zona, donde funcionarios porteños explicarán el proyecto. “Entre todos vamos a intentar elaborar un plan de manejo para cuando las obras estén terminadas”, afirmó Toronchik.