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Para el ministro de Educación, Daniel Filmus, se debe poner límites a la presencia de armas en los hogares y en particular al acceso a las armas de los jóvenes. “Crisis pueden tener muchos jóvenes y en muchos casos tienen manifestaciones violentas, pero lo que distingue al caso de Carmen de Patagones es que el chico tuvo una crisis y acceso a un arma. Hoy hay miles de hogares armados. Ahí hay un potencial para que este tipo de hechos sucedan, dentro o fuera de las escuelas”, advirtió el ministro en una entrevista con Página/12. Según Filmus, la tragedia se pudo haber evitado. “Está claro que deben haber habido luces amarillas y casi rojas que no se vieron”, consideró, al tiempo que reconoció que la mayoría de los docentes “no está preparado para enfrentar esta nueva realidad” caracterizada por un aumento de la violencia en la sociedad.
–¿Cómo analiza el suceso de la escuela de Carmen de Patagones?
–El hecho no puede ser reducido a lecturas simplistas o generalizaciones imprudentes. Uno puede pensar más en el fenómeno social que en el hecho particular.
–¿Y cómo lo piensa?
–Tiene que ver con la creciente violencia en la sociedad, con los cambios en los comportamientos sociales, con las nuevas relaciones en el seno de las familias, con la relación entre la escuela y la familia. Quizá la escuela no es como era en una época impermeable a todos estos problemas. Esa frontera se está desdibujando y la violencia que vemos en el conjunto de la sociedad también ha tomado a la escuela. Pero no puede tomarse como un caso clásico. No se puede afirmar que es la violencia de las grandes ciudades porque acá estamos ante un pueblo chiquito. No se puede decir que es la marginación porque era un pibe integrado. Tampoco se puede hablar de la desocupación y la destrucción de la familia porque el padre tenía trabajo. Crisis pueden tener muchos jóvenes y en muchos casos tienen manifestaciones violentas, pero acá lo distintivo es que tuvo una crisis y acceso a un arma. Hoy hay miles de hogares armados. Ahí hay un potencial para que este tipo de hechos sucedan, dentro o fuera de las escuelas.
–¿Se pudo haber evitado la tragedia?
–Está claro que debe haber habido luces amarillas y casi rojas que no se vieron. Primero, se pudo haber evitado no poniendo el arma al alcance del chico. Segundo, el chico está mucho más tiempo fuera de la escuela que dentro de ella: ahí tiene que haber habido cambios importantes en los comportamientos familiares que podrían haber sido detectados. Quizás, otra forma de diálogo y de contención entre la familia y la escuela hubiera podido generar condiciones para prevenir este desenlace.
–¿Cómo se puede evitar que los alumnos ingresen con armas a las escuelas?
–El problema no es en las escuelas. El problema es el acceso a las armas. Todos los días entran a las escuelas 10 millones y medio de chicos en 40 mil establecimientos educativos. No se trata de preservar solamente el espacio escolar sino de preservar a los chicos. Hay que evitar que haya armas en los hogares y si como en este caso hay una cuestión profesional, evitar que estén al acceso de los chicos. En este caso, incluso, estaba entrenado en el uso de las armas. Debería haber mayores restricciones para acceder a las armas y un control más estricto sobre las armas ilegales.
–¿Qué medidas se debe implementar para contrarrestar el crecimiento de la violencia?
–Una medida posible es llegar a acuerdos, como han hecho otros países, sobre qué cosas pueden ver los chicos y hasta dónde pueden ver escenas y juegos de violencia.
–¿Se debería imponer límites en ese sentido?
–Si están expuestos a esos mensajes violentos, deberían tener una capacitación para tener una mirada crítica. No pueden estar en forma indiscriminada frente a esos mensajes. Pero no debe ser una cuestión particular de la escuela, sino de la familia.
–¿Es partidario de los detectores de metales en las escuelas?
–En los países en los que se intentó ponerlos no han funcionado. No es el elemento principal.
–¿Están analizando implementar otras medidas?
–Tenemos un conjunto de programas basados en la mediación escolar, la convivencia compartida y en la formación de los docentes en estos temas. La formación de la mayor parte de los docentes que están hoy al frente de las aulas no los preparó para enfrentar esta nueva realidad. Hay un conjunto de aspectos que hace imprescindible trabajar fuertemente en las escuelas, tanto en las básicas como en las medias, con los docentes, y a su vez los docentes con los chicos.
–Juan Carlos Blumberg aprovechó el caso para insistir con su propuesta de bajar la edad de imputabilidad de los menores. ¿Cuál es su posición?
–No creo que eso resuelva el problema.