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@Una denuncia por torturas policiales fue presentada por el abogado Juan Carlos Rey ante la jueza Silvia Sassano. No es la primera denuncia sobre aberraciones en sede policial, pero ésta, en particular, tiene una característica: Rey es abogado del padre del menor acusado del homicidio de Adrián Falduto, jefe de la custodia de Ruckauf. Según el letrado, el chico fue torturado en la seccional 53ª y en la comisaría de Zárate, donde fue detenido. En ambos casos, las torturas estuvieron acompañadas de un augurio: “Vas a llorar como lloran los hijos de un policía muerto”, fue el mensaje didáctico de los representantes de la ley.
Rey también denunció que al menor le colocaron una pistola en la boca, cuando fue trasladado a un hospital porteño, en la zona de Palermo. Por otro lado, el abogado impugnó las pericias balísticas porque algunas balas y vainas recogidas en el lugar del hecho no se correspondían con las armas secuestradas.
“Vas a llorar como lloran los hijos de un policía muerto”, fue la amenaza que escuchó el menor, de 17 años, acusado de la muerte del custodio del canciller, Adrián Falduto. La profecía fue anticipatoria: según Juan Carlos Rey, abogado de Hugo Migliorini –padre del menor y también detenido por el crimen–, se cumplió en dos ocasiones. En la comisaría de Zárate, donde fue detenido el fin de semana posterior al asesinato de Falduto, y en la seccional 53ª de Palermo, donde permanecieron incomunicados padre e hijo hasta su traslado a Tribunales. Rey agregó que, además, al menor le colocaron una pistola en la boca y amagaron con dispararle, cuando fue trasladado a un hospital en la zona de Palermo.
El crimen de Falduto tuvo lugar el 5 de abril pasado, cuando el custodio se encontraba en el Café de la Villette, en Salguero y Juncal, y entraron dos jóvenes a asaltar el local, mientras un cómplice aguardaba en un Peugeot 405. Falduto se tiroteó con los delincuentes y, antes de fallecer, dio muerte a Luis Bonelli, de 20 años. El custodio fue rematado de un disparo en la nuca. Según los investigadores, el menor fue el responsable directo de la muerte de Falduto, mientras que Migliorini padre fue quien condujo el auto en el que fugó con su hijo.
Pero, precisamente ayer, Rey presentó un escrito ante la jueza de menores, Silvia Sassano, para impugnar las pericias balísticas. El abogado recordó que el policía portaba una pistola 9 milímetros, y el fallecido Bonelli, un revólver calibre 32. “Las pericias policiales hablan de proyectiles que no corresponden a ninguna de las dos armas”, explicó Rey.
Además cuestionó que no hayan sido agregados al expediente los informes finales de las necropsias practicadas a los dos cadáveres. La impugnación frenó momentáneamente la resolución sobre la situación procesal de los dos imputados por el crimen.