SOCIEDAD › VENCE EL PLAZO QUE DIO EL GOBIERNO Y
NINGUN BOLICHE ESTA EN CONDICIONES DE ABRIR
La gente de las discos aún debe esperar
De los 108 boliches que hay en la ciudad, se inspeccionaron 100, pero ninguno reúne las condiciones para la reapertura. Los dueños de discotecas piden que se controle además a los locales que funcionaban sin habilitación. Reclamo de los organizadores de milongas.
Ningún local bailable abrirá todavía en Buenos Aires, pese a que hoy era la fecha prevista por el decreto mediante el cual el gobierno de la ciudad de Buenos Aires, luego de la tragedia de Cromañón, suspendió actividades y fijó nuevas condiciones de seguridad. Estas condiciones deberán ser verificadas por una segunda ronda de inspecciones que –según anunció el gobierno porteño– se efectuarán a partir de hoy. Entretanto, la Asociación de Organizadores de Milongas advirtió que “la nueva reglamentación, de no atender las necesidades y características específicas del sector, amenazaría la supervivencia del patrimonio cultural que constituyen las milongas”. Y el titular de la entidad advirtió que “muchas veces para las habilitaciones se requieren cosas prácticamente imposibles... y eso resulta ser el negocio del corrupto”.
“De los 108 boliches registrados en la Ciudad, fueron inspeccionados cien, ya que los restantes no abren en verano”, contó una fuente del gobierno de la ciudad, y explicó: “La primera inspección verificó si se cumplían o no los requisitos de la normativa anterior: por ejemplo, si el local dispone de salidas de emergencia en cantidad y con la superficie necesaria; si estas salidas se abren hacia afuera, condición imprescindible que en muchos lugares no se cumplía; la adecuada señalización de esas salidas, que debe permanecer iluminada aunque la instalación eléctrica principal sea afectada por un siniestro”.
Pero el decreto Nº 6/2005 del Gobierno de la Ciudad, además de suspender el funcionamiento de los locales bailables hasta el 18 de enero, agregó nuevos requisitos para su reapertura: entre ellos, la reválida de la certificación de la Superintendencia de Bomberos; un seguro de responsabilidad civil que cubra a todos los asistentes; la colocación de una placa en el frente del local que informe sobre la capacidad máxima de asistentes autorizada, y la presentación de un plan de evacuación suscripto por un profesional matriculado.
“El cumplimiento de este segundo grupo de requisitos debe ser verificado por una segunda inspección: en ésta, los locales deberán acreditar que cumplieron las modificaciones exigidas en la primera, y además que se adecuaron a los requisitos del decreto: en la medida en que todo esto se verifique, empezarán a ser habilitados”, agregó la fuente del gobierno porteño.
Daniel Vázquez, presidente de la Cámara Empresaria de Discotecas, aseguró que esa entidad –cuyos directivos se reunieron ayer con Juan José Alvarez, secretario de Seguridad de la ciudad– está “colaborando con el gobierno de la ciudad” y que “aunque haya finalizado la suspensión establecida por el decreto, acordamos en que no se abra ninguna discoteca que no cumpla con todas las medidas de control”. Lo que pidió Vázquez es que “el gobierno cumpla con su compromiso de controlar todos los lugares en los que, sin habilitación ni certificación, se venían haciendo actividades bailables; son más de 180 en la ciudad”.
Por su parte, el titular de la Asociación de Organizadores de Milongas (AOM), Omar Viola, pidió a las autoridades “tener en cuenta que nuestros locales son distintos de los que se usan para recitales de rock: en las milongas, gran parte de la superficie está ocupada por mesas y sillas y la cantidad de gente es mucho menor. Son lugares que se desocupan con mucha facilidad, y hay una actitud general de cortesía y mucho más sosiego que en otros tipos de locales”.
El milonguero Viola destacó que “estamos dispuestos a cumplir con todas las normas de seguridad necesarias y razonables”, pero fue el único que se atrevió a enunciar una verdad amarga, discepoliana: “Muchas veces, para las habilitaciones se requieren cosas prácticamente imposibles, y eso resulta ser el negocio del corrupto, que plantea: ‘Esto que es imposible yo te lo voy a hacer posible... pero vas a tener que pagar’”.
El líder milonguero había comentado que “siempre el hilo se corta por lo más delgado y, a un mes del Festival Internacional de Tango (que se efectuará en febrero y marzo), se están cancelando reservas desde Europa.Es que en estos días, muchos extranjeros que venían exclusivamente a bailar tango a Buenos Aires encontraron las puertas de las milongas cerradas”. Según un texto que presentó la AOM ante el gobierno porteño, “la nueva reglamentación, de no atender las necesidades y características específicas del sector, amenazaría la supervivencia del patrimonio cultural que constituyen las milongas”.