SOCIEDAD
La pobreza y el sida tienen como principales víctimas a los niños
La expectativa de vida cayó entre 18 y 23 años en los países más afectados, en especial en Africa, según un estudio de Unicef preparado para el Foro de la Infancia, que empieza esta semana.
Por Victoria Brittain *
Desde Londres
La pandemia de sida/vih y la pobreza asociada a ella están golpeando a los chicos con una fuerza que nadie previno, según un nuevo estudio. En Africa, en particular, estos males ya destruyeron los logros en desarrollo social de medio siglo. La expectativa de vida cayó entre 18 y 23 años en los países más afectados, la desnutrición aumentó, los niveles de inmunización cayeron, más de 13 millones de niños se quedaron huérfanos -95 por ciento de ellos en Africa– y cuatro millones de chicos murieron de sida desde que empezó la epidemia.
“Estas son estadísticas vergonzosas para un mundo que tiene una riqueza, conocimiento y capacidad tecnológica tan extraordinarias”, dice el estudio, preparado por Unicef para la asamblea de la ONU sobre la infancia, que se llevará a cabo esta semana.
La reunión subrayará las dramáticas consecuencias del vih/sida y la pobreza en los chicos y revelará que, más allá de Africa, en Asia, Europa del Este y el Caribe, décadas de logros duramente obtenidos en materia de desarrollo y educación infantiles están perdiéndose. En todos estos lugares, donde hay una pobreza en aumento, el sexo es una moneda de cambio y el sida la ha convertido en mortal.
En Jamaica, donde la violencia y el vih-sida están “impactando pesadamente en los niños”, según Unicef, chicas de entre 15 y 19 años tienen tres veces más posibilidades de contraer vih que los varones de la misma edad. Mientras que las muertes por causas tradicionales en los menores de cinco años está cayendo, el vih-sida se convirtió en la segunda causa de muerte en ese grupo etario.
En la ex Unión Soviética “la pobreza infantil se fue a las nubes”, según Unicef. “Unos 18 millones de los 107 millones de personas en la región están viviendo en la pobreza. Un millón y medio de chicos viven de la caridad pública porque sus familias no pueden mantenerlos. Esto no es lo que se esperaba que trajeran la democracia y la economía de mercado. Es un escándalo, una violación masiva de los derechos de los más jóvenes y vulnerables de la sociedad”, dijo un funcionario regional de Unicef.
La muerte de maestros, trabajadores de la salud y otros miembros del servicio social debido al sida golpea a servicios que son vitales para los niños que viven con vih. Pero el estigma asociado al sida hace que sea común esconder la enfermedad. En Mozambique la llaman “la enfermedad del siglo” y la mayoría de los certificados de muerte de pacientes con sida dicen “causa desconocida”.
Mozambique es un caso típico de los países donde la pobreza y el sida forman un círculo vicioso, con consecuencias dramáticas para la próxima generación. La pobreza implica que las enfermedades de transmisión sexual no se traten, magnificando por veinte el riesgo de contagio de vih; la pobreza hace que los chicos no vayan a la escuela y la falta de educación multiplica las chances de que las chicas vendan sexo como su única opción económica.
En la ONU, los líderes de unos 70 países estudiarán un cuadro mezclado de progresos y fracasos en la situación de los niños desde la Cumbre Mundial de la Infancia de 1990. Importantes exponentes de grandes empresas como Bill Gates, de Microsoft, y los titulares de Nokia, Procter and Gamble y Credit Suisse estarán allí para debatir con líderes políticos como Thabo Mbeki, de Sudáfrica, Olusegun Obasanjo, de Nigeria, y Vicente Fox, de México.
Uno de los objetivos de la cumbre es lograr que gobiernos como éstos se comprometan a mejorar la educación, salud y protección de los niños, pero no hay esperanzas de que esto pueda hacerse sin recursos. Es esencial cortar gastos militares y obtener nuevos recursos de donaciones. Pero la ausencia de las principales naciones donantes en la cumbre de Nueva York echa una sombra sobre su compromiso en cuanto a la importancia de los niños en el desarrollo económico.
* The Guardian,
especial para Página/12.