SOCIEDAD › TRES ANCIANOS MUERTOS A GOLPES EN UN ASALTO
Una noche de horror en Junín
Eran tres hermanos jubilados que hasta ayer vivían plácidamente en un viejo caserón de Villa Belgrano, cerca del centro comercial de Junín, en el oeste de la provincia de Buenos Aires. José, Josefa y Agustín Villalba tenían 85, 88 y 76 años de edad. Aparentemente, el miércoles los habrían visitado tres personas. El fiscal Marcelo Tuñón ayer no encontró ni la cerradura de la puerta rota ni indicios de que la puerta o las ventanas hayan sido forzadas. Lo que halló, en cambio, fueron los cuerpos muertos y completamente golpeados de José y Josefa; la casa “cubierta de sangre”, siete mil pesos desparramados en sobres escondidos por toda la casa y otros cinco mil en la caja fuerte que sí había sido forzada. A Agustín lo vio en una sala de terapia intensiva del hospital regional.
Los crímenes provocaron zozobra entre los habitantes de este pueblo agrícola que con los años se fue convirtiendo en ciudad. Los Villalba eran inmigrantes españoles, hermanos sin matrimonios, sin hijos ni herederos próximos o cercanos. Los vecinos los conocían de verlos habitualmente en el mismo lugar: la entrada del gran caserón derruido de la calle Primera Junta 789 donde tenían un patio y una granja. “Le digo la verdad”, explica el comisario Gómez de la seccional segunda ante la consulta de este diario. “Apenas vi cómo vivían yo dije que estos hombres no aceptaron que la sociedad cambió: seguían viviendo como en un casco de estancia y el pueblo les creció alrededor”.
Según la información reunida por los investigadores, el crimen se habría producido entre las siete de la tarde y las siete de la mañana del miércoles. Por las últimas palabras pronunciadas por Agustín en el hospital, pudieron saber que los responsables serían desconocidos que no habrían forzado la puerta de entrada principal para ingresar. Antes o después de pedirles dinero, los “molieron a golpes”, razón por la que la policía encontró la casa bañada en sangre. Los dos mayores murieron antes de las siete de la mañana, el momento en el que entró a la casa el vecino de enfrente, sorprendido por la puerta abierta. La policía encontró 12 mil pesos adentro, pero supone que había tal vez “mucho más”. Los tres ancianos vivían de rentas producto del alquiler de varias propiedades del lugar.