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Al morir Fernando Quiroga, la carátula que incriminaba a Mariela Galíndez por “lesiones gravísimas” pasó a ser de “homicidio simple”. Hace 12 días, el joven, de 25 años, huía de la casa de la mujer en bicicleta, llevándose un bolso de ropa sucia. Galíndez optó por ponerse tras el volante de su auto, persiguió al ladrón y lo atropelló. Quiroga quedó en un coma irreversible que concluyó el martes. Hasta el inicio del juicio, Galíndez permanecerá libre.
Cuando Galíndez atropelló a Quiroga, quedó detenida por “tentativa de homicidio culposo”. En esa ocasión, cientos de vecinos de Río Cuarto marcharon pidiendo su liberación, argumentando que no escaparía y que tenía que estar con su hijo de 8 años, sordomudo. El fiscal Fernando Moine la excarceló al cabo de una semana. Aunque Galíndez puede enfrentar una pena de entre 8 y 25 años, su abogado, Félix Nieto, indicó que el expediente le es favorable, ya que Moine hizo constar en su informe que, según los paramédicos que atendieron a Quiroga, la mujer estaba desesperada y pedía por favor que le salvaran la vida. Fernando Vidal, su marido, ilustró que en ese momento su esposa “se orinó encima”.
Paola Quiroga, hermana de Fernando, aseguró que “hay testigos en la causa que van a decir que él no era ladrón. Ella (Galíndez) va a tener que probar todo lo que dijo. Ella mató a mi hermano, es una asesina”, sostuvo. Stella Maris Romero, su madre, señaló que Galíndez “le tiene que pedir perdón a Dios”. Nieto afirmó que posee las pruebas para demostrar que sólo se trató de “un accidente”.