SOCIEDAD › PAREJA ENTRERRIANA PRESA POR EL CRIMEN DE SU HIJO
Padres acusados de homicidio
Un matrimonio entrerriano, detenido por su presunta responsabilidad en la muerte de su hijo, un niño de ocho años, fue interrogado ayer por la Justicia. Los padres, acusados de homicidio, aseguraron en su declaración indagatoria que el nene murió accidentalmente por las heridas sufridas al caer del caballo que montaba. Sin embargo, la jueza Estela Natal de Rebossio, a cargo de la causa, sigue dudando de su versión y ratificó su detención.
Los imputados son el productor avícola César Ramón Garelli, de 45 años, y su esposa, María Soledad Croizzard, de 39. Ambos están imputados por el crimen de su hijo Lucas, hallado muerto en extrañas circunstancias en octubre último, en la localidad de Herrera, 250 kilómetros al este de la capital entrerriana. El hombre quedó imputado por el delito de homicidio agravado por el vínculo, mientras que a la madre se la acusa de encubrimiento.
Fuentes de la investigación adelantaron que se aguardan las pericias que se están realizando a la camioneta Toyota Hilux 4x4, propiedad del padre de Lucas, para determinar si el nene fue atropellado por ese vehículo, como sostienen algunas hipótesis. La jueza tiene ahora 10 días para resolver el procesamiento o la falta de mérito de los padres de Lucas.
Entre los elementos que se encuentra analizando la magistrada figura la extraña muerte de un abuelo del pequeño, que se habría suicidado días después de la muerte del chiquito, luego de dejar escrito el nombre de Lucas en la caja de una camioneta. También se supo que los peritos que analizaron las ropas que tenía puestas el chico cuando fue encontrado muerto expresaron su sorpresa por el estado en que estaban, lo que hace presumir que el nene fue cambiado luego de su fallecimiento.
Lucas Garelli, hijo del propietario de un importante establecimiento avícola-ganadero de la mencionada localidad entrerriana, había salido de su casa el viernes 29 de octubre a las 18.30 montando en pelo un caballo para realizar unas compras que le habían pedido sus padres. Tras varias horas de ausencia, cerca de las 22 de ese mismo día el caballo que montaba Lucas regresó solo al establecimiento rural y los padres realizaron la denuncia ante la policía.
El cadáver del niño fue encontrado al día siguiente, a casi 300 metros de la granja que poseen sus padres, con escoriaciones y golpes en todo el cuerpo y con signos de haber sido arrastrado hasta ese lugar. En la primera autopsia, realizada en el hospital Justo José de Urquiza, de Concepción del Uruguay, al parecer sin los elementos necesarios, los médicos concluyeron que Lucas había sido violado y golpeado antes de morir. La segunda, realizada en Gualeguaychú, indicó que el chico no tenía signos de violación y que pudo haber fallecido luego de haber sido atropellado desde atrás por un vehículo, ya que presentaba fracturas a la altura de la nuca.