SOCIEDAD › TRABAS JUDICIALES Y POLICIALES A LOS TRASPLANTES
Los donantes y la burocracia
Si bien las cifras de la cantidad de donantes de órganos en la Argentina se incrementó de 7 a 11 por cada millón de personas, las trabas con las que se encuentran los organismos encargados de ablaciones y trasplantes se siguen repitiendo. El principal problema es la negativa familiar que, en la mitad de los casos, contrasta con la propia voluntad del donante. Otro de los inconvenientes está en la burocracia judicial y policial que, en casos de muertes violentas, suele retrasar una ablación y hasta provoca la pérdida de algunos órganos. Para superar este inconveniente, varios profesionales prevén jornadas de información y capacitación en las gestiones de las que depende la vida de una persona.
“En mayo hubo un record absoluto, porque en la última semana hemos tenido casi cuatro trasplantes por día, lo que significa que se activó mucho la conciencia de los argentinos”, aseguró el ministro de Salud, Ginés González García. En Argentina hay 11 donantes por cada millón de personas. El promedio de Capital Federal es mayor: 25 por cada millón. Mientras que la provincia de Buenos Aires registró un incremento del 50 por ciento: de 5 a 10 donantes por cada millón de personas durante el último año.
Sin embargo, uno de los problemas con que se encuentran de modo recurrente los encargados de las ablaciones confluye en las órbitas judicial y policial. Como en toda muerte por un hecho violento (accidentes o disparos de armas de fuego, entre otros) intervienen la policía y un juez. Pero ocurre que cuando las víctimas se convierten en donantes potenciales, por voluntad de la familia, en el camino hacia la ablación debe intervenir la Justicia para autorizar el procedimiento, siempre y cuando éste no perjudique una eventual autopsia para investigar las causas de la muerte.
Según fuentes del Incucai, cuando hay un potencial donante con estas características el organismo encargado del trasplante informa a la comisaría sobre el caso. Pero hay ocasiones en que el hecho ocurre a la madrugada y algunos oficiales se amilanan ante la posibilidad de despertar a un juez para notificarlo de la demanda. También hay casos en que los jueces demoran tanto en dar la orden que los órganos se deterioran y sólo se pueden utilizar los tejidos.
Para contrarrestar estos inconvenientes burocráticos, el programa Buenos Aires Trasplante organiza jornadas informativas con jueces y comisarios para explicarles los procedimientos y tiempos necesarios desde que un operativo se pone en marcha. “Hay una muy buena predisposición de jueces y policías para resolver estas pequeñas trabas”, afirmó a Página/12 Adriana Fariña, coordinadora del programa.
En el territorio bonaerense el principal inconveniente con el que se encuentran los operadores frente a un donante es la negativa. “A veces se dan motivos religiosos, pero los que más se escuchan son los ‘no’ que son algo así como un ‘no’ a la aceptación de la muerte inesperada”, afirmó a este diario el presidente del Centro Unico de Coordinación de Ablación e Implante (Cucaiba), Ricardo Ibar. Paralelamente a esta postura se encuentran aquellas donde contrastan el discurso con la realidad: “Cuando se hace una encuesta, la voluntad de donar es de un 80 por ciento. Pero llegado el momento de la muerte, el índice de la negativa familiar es del 50 por ciento”, precisó.
Informe: A. F. D.