SOCIEDAD
Tomaba fotos de pornografía infantil y las revelaba en una farmacia
En Córdoba detuvieron a un hombre que aparecía en fotos de pornografía infantil. Los investigadores están detrás de una red.
Los nenes tienen entre 10 y 12 años de edad. Son varones y mujeres desnudos, aparentemente de clase media. Las fotografías estaban a punto de ser introducidas al mercado de la pornografía infantil. Después de varios días de investigación, el fiscal Gustavo Sandoval, de la provincia de Córdoba, detuvo ayer a uno de los adultos que aparece en varias de esas fotografías. Se trata de un albañil de la ciudad de Cosquín, de unos 30 años, que quedó al descubierto cuando pasó por una farmacia de un pueblo ubicado a 40 kilómetros de distancia para revelar las imágenes. La fiscalía de instrucción rastrea ahora a otros cómplices, entre ellos a una mujer con antecedentes por el mismo delito.
El caso aún tiene varios aspectos sin respuesta. De acuerdo con la información recogida por este diario entre los investigadores, el albañil Nelson Pereyra dejó los dos rollos de fotos de 36 imágenes cada uno en Mendiolaza, una localidad ubicada a unos 40 kilómetros de Cosquín. El material no fue revelado en el pueblo. Siguió camino hasta un laboratorio de revelado de fotos en pleno centro de Córdoba capital. En ese momento, la policía fue alertada. “Los dueños del laboratorio se comunicaron con la División de Protección de Personas de la Policía para hacer la denuncia correspondiente”, le dijo a Página/12 el fiscal Gustavo Sandoval, a cargo de la pesquisa.
Aunque las imágenes hasta anoche no habían sido analizadas, los investigadores señalaron que contienen fotos de chicos de entre 10 y 12 años, con apariencia de clase media, aunque aún no fueron localizados ni identificados. En general aparecen desnudos, solos o en compañía de adultos. Pereyra es uno de los adultos retratados, “por lo que se hace evidente –indica el fiscal– que hubo al menos un colaborador que intervino para sacar las fotos”. Entre los sospechosos, hay una mujer del mismo pueblo de la farmacia. Ella tendría algún vínculo con Pereyra, y posee además antecedentes por delitos similares.
A lo largo del domingo, la policía hizo múltiples allanamientos en el interior y el centro de la provincia de Córdoba. Tres operativos se concentraron en las zonas donde circularon los rollos: el domicilio de Pereyra de Cosquín, el local de la farmacia y el laboratorio de la ciudad de Córdoba. Un oficial de la División de Protección de Personas de la policía de Córdoba le explicó a este diario que en la casa de Pereyra encontraron más cantidad de fotos. Aunque aparentemente él no tenía antecedentes, la existencia de estas fotos hace suponer que no se trataba de un principiante. Pero esto en realidad aún permanece entre las dudas. Mientras se investiga la existencia de una red de comercialización de estos productos vinculada a los sospechosos, ayer nadie podía explicar por qué el albañil no procuró algún tipo de protección cuando decidió revelar las imágenes. ¿Por qué las dejó en un lugar público como si se tratara de cualquier otro rollo de fotos? “Tiene la apariencia de un hombre normal, un caso típico de doble personalidad. Tal vez pensó que la farmacia tenía laboratorio propio”, consideró una de las fuentes.
La difusión del caso volvió a originar discusiones sobre el desarrollo del mercado ilegal de sexo infantil. Sus mentores, las organizaciones, los clientes y el alcance dentro de la provincia de Córdoba; según los investigadores, “todavía existe un mercado de pornografía infantil de regular escala” en la ciudad. Con esa hipótesis continuaron anoche con la pesquisa: sospechan que se trata de “un negocio más extendido”. Pereyra quedó detenido por presunta promoción a la corrupción de menores.