[cerrar]

Comparta esta nota con un amigo

E-Mail de su amigo
Su nombre
Su E-Mail

Anoche, tras una maratónica negociación en el Ministerio de Trabajo, se destrabó el conflicto gremial que mantuvo paralizado por dos días los vuelos de Aerolíneas Argentinas. Pilotos y técnicos decidieron levantar el paro a cambio del pago de una suma no remunerativa por dos meses, mientras continúan discutiendo una recomposición salarial definitiva. Al cierre de esta edición, la empresa planificaba despachar después de la medianoche tres vuelos internacionales y alguno de cabotaje y prometía que la totalidad de los pasajeros que no pudieron volar en los últimos días, podrán hacerlo a más tardar mañana.
Por la medida de fuerza, sólo en la jornada de ayer se cancelaron 111 vuelos, 90 de cabotaje y 21 de rutas internacionales. El mal humor y las quejas de los frustrados pasajeros tiñeron una vez más el paisaje del Aeroparque Metropolitano y, en menor medida, del aeropuerto de Ezeiza. Según la empresa, resultaron afectadas por la huelga de pilotos y técnicos, iniciada el jueves en forma sorpresiva, más de 10 mil personas que quedaron sin poder viajar.
El acuerdo entre las partes llegó cerca de las 21.30 de ayer. La reunión de conciliación en la Dirección de Relaciones Laborales había comenzado pasadas las 10.30. Las negociaciones, en las que participaron delegados sindicales y directivos de la empresa, estuvieron encabezadas por el ministro de Trabajo, Carlos Tomada, y su segunda, Noemí Rial. La Asociación del Personal Técnico Aeronáutico (APTA) y la Asociación de Pilotos de Líneas Aéreas (APLA) aceptaron “suspender” el paro. “Es una medida de buena voluntad”, señaló a este diario Jorge Pérez Tamayo, titular de APLA, al término de la reunión. A cambio del levantamiento de la medida de fuerza, por dos meses los pilotos recibirán una suma no remunerativa de 400 pesos y los técnicos, de 200 pesos. Como parte del acuerdo, se conformó una comisión en el ámbito del Ministerio de Trabajo para seguir las negociaciones salariales, cuya primer encuentro se fijó para el lunes. El plazo para alcanzar un acuerdo definitivo es el 12 de octubre, cuando las partes volverán a reunirse en la Dirección de Relaciones Laborales.
La medida de fuerza comenzó el jueves a las 7, por decisión de la Asociación del Personal Técnico Aeronáutico, que reclama un aumento de 75 por ciento en el sueldo base, un básico de 2 por ciento por año de antigüedad y la reincorporación de unos 30 empleados despedidos. Pero la situación se agravó durante el mediodía del mismo jueves, cuando los pilotos se sumaron al paro, en demanda del 45 por ciento de incremento de sus haberes. A partir de ese momento no hubo más vuelos. Actualmente, el sueldo promedio de bolsillo de un piloto es de unos 4500 pesos. En el marco del acuerdo sellado anoche, la empresa aceptó la incorporación de “todas aquellas personas a las que no le había renovado el contrato en los últimos meses”, puntualizó Pérez Tamayo.
Ayer, a los pasajeros que tenían que viajar a destinos ubicados hasta 500 kilómetros de distancia Aerolíneas le dio la opción de trasladarse en micro. A los demás, se les reprogramaron los vuelos o se les devolvió el dinero del ticket. Al cierre de esta edición, directivos de Aerolíneas trabajaban en un “plan de contingencia” con la idea de poder despachar después de la medianoche tres vuelos internacionales, posiblemente con destino a Madrid, Miami y Nueva York, y alguno de cabotaje. “Estimamos que todos los pasajeros que no pudieron volar podrán hacerlo entre el mediodía de mañana (por hoy) y el domingo”, prometió Julio Scaramella, vocero de la firma. Para hacer frente a la demanda, la empresa prevé programar hoy mayores frecuencias a algunos destinos de cabotaje o disponer máquinas con mayor capacidad.
Antes de reiniciar las negociaciones –el jueves se habían frustrado–, Aerolíneas Argentinas aseguró ayer a través de un comunicado de prensa que la huelga le causó pérdidas por 3 millones de pesos y denunció que el personal en paro no cumplió “con las disposiciones del Ministerio de Trabajo” que los obligan a “prestar servicios mínimos”.