Las definiciones de León Arslanian fueron ayer tajantes. Los dos líderes principales de la banda que robó el Banco Río son uruguayos, aunque no huyeron a Uruguay sino a otro país. El primero es el hombre de unos 50 años que en el video del robo a la sucursal aparece de traje gris, dándole instrucciones al resto, entre ellos al detenido Rubén Alberto De la Torre. Según averiguó este diario, ese individuo fue policía en Uruguay. Según el ministro de Seguridad bonaerense, el segundo nunca entró al banco y supuestamente es el cerebro del golpe. Estuvo sospechado de haber estado también en el robo de los boqueteros al Banco de Crédito Argentino, pero no se encontraron las evidencias para acusarlo. Arslanian confirmó que la hipótesis de que participó al menos un hombre que estuvo en la SIDE se mantiene desde el primer día y tácitamente confirmó el adelanto exclusivo de Página/12 respecto de la existencia de una testigo de identidad reservada, una pareja despechada de uno de los integrantes de la banda, que brindó información fundamental para la pesquisa: “Este es un tema sobre el que yo no voy a hacer ninguna declaración porque hay reserva judicial”, esquivó el ministro.

Como era previsible, ayer por la tarde, el detenido De la Torre y su pareja, Silvia María Liliana Fernández, se negaron a declarar ante el fiscal Jorge Ariel Apolo. De la Torre es un viejo tumbero que ya sabe cómo manejarse en estos casos y por lo tanto simplemente recurrió a un defensor oficial para cumplir con el trámite de negarse a declarar. Su amante le siguió los pasos. Todo indica que en los próximos días designarán abogados. La experiencia indica que en el caso de los boqueteros del Banco de Crédito Argentino, donde el botín fue parecido al del Banco Río, los detenidos contaron con abogados de primer nivel.

En diálogo con el programa El Exprimidor, Arslanian confirmó los datos adelantados ayer por Página/12.

- El detenido De la Torre no ocupó un puesto de jefe en la banda, sino que fue uno de los que entró al banco a mano armada.

- La mujer, Fernández, actuó como observadora en el robo. Entró al banco antes que la banda, verificó que todo estuviera en calma, luego salió, y, tras el ingreso de los ladrones, ya con la exhibición de las armas, la mujer se asomó otra vez al interior del banco para confirmar que la operación marchaba bien.

- Según Arslanian, la mayoría de los integrantes de la banda salieron al exterior, en general por Paraguay, pero supuestamente camino a otros destinos más lejanos.

- “Pensamos que los dos jefes son uruguayos.” Arslanian se refería así al hombre de traje gris que comandó el grupo que entró al banco. El sujeto, de más de 50 años, pelado y con porte militar, parece que ya estuvo preso en la Argentina y también en Uruguay. Una fuente cercana a la pesquisa le indicó a este diario que fue policía y que dentro de la cárcel cultivó un estado físico asombroso. Durante el período de preparación del golpe se entrenaba corriendo 14 kilómetros diarios.

- El otro jefe, también uruguayo, no entró al banco. Según Arslanian, es el cerebro de la organización y tiene antecedentes en robos espectaculares, similares al del Río. Aunque el ministro no lo dijo, ese individuo habría estado entre los sospechosos del robo boquetero al Banco de Crédito Argentino pero no se reunieron las pruebas suficientes en su contra.

- Extraoficialmente se habla de que participaron 15 delincuentes, una cifra mucho mayor a la pensada al principio. El ministro igual exhibió optimismo sobre prontas capturas de otros integrantes. La versión que circula en los tribunales de San Isidro es que podrían librarse órdenes de captura en los próximos días.

- Cuando al ministro se le preguntó por la mujer despechada que habría denunciado a su concubino, Arslanian no negó lo publicado por este diario, se limitó a decir que se trata de un tema secreto. Este diario contó ayer que esa mujer, concubina de un integrante de la banda, no tenía datos demasiado precisos sobre el golpe, pero sabía que su pareja había participado, con lo que confirmó informaciones que ya manejaban los investigadores. Eso aceleró la pesquisa. La mujer declaró como testigo de identidad reservada ante el fiscal Apolo. La razón del estallido fue que su pareja estuvo varios años preso y ella lo acompañó y visitó en todo ese tiempo. Cuando él salió de la cárcel, convivieron en la zona de Once y ahora, con el dinero del golpe, se fue al exterior con otra mujer. La furia de la pareja despechada terminó en una declaración judicial reveladora.

- Arslanian confirmó que desde el primer día se investiga la participación de un ex integrante de la SIDE. Algunos sostienen que se trata del especialista en comandos conocido como Tango, que sería llamado a declarar por el fiscal Apolo, aunque inicialmente sólo como testigo.

Como suele suceder, surgieron ayer versiones de que policías se quedaron con parte del botín que estaba en poder de De la Torre y su pareja. En concreto se habla de dinero encontrado en una vivienda de Wilde, en la calle Salcedo al 1000, domicilio de la amante de De la Torre y lugar que habría sido el cuartel donde se acumularon elementos para la construcción del túnel y los gomones usados en el asalto. Una fuente oficial del Ministerio de Seguridad le aseguró a Página/12 que “no nos consta que en ese lugar se haya encontrado dinero y nos parece poco creíble la versión de que se hayan llevado de allí dos millones de dólares, porque significaría que esa pareja se quedó con una gran parte del botín. De todas maneras, se hará una investigación”.

El otro dato asombroso es la libertad otorgada a Cristian Lemos y Patricia Sosa, sorprendidos cuando se alejaban de la casa de Portela 56, en Flores, con 158.000 dólares. La pareja alegó que no sabía el origen del dinero y recuperó su libertad.

Con el correr de las horas, se afirma cada vez más una hipótesis sobre la estructura del golpe. Dos jefes que convocaron a dos grupos distintos: uno para construir el túnel y el otro para entrar a mano armada en el banco. La participación de De la Torre, un hombre que pasó mucho tiempo en la cárcel, demuestra que recurrieron a mano de obra de baja calidad. Eso les hizo correr riesgos, porque personajes de esa naturaleza son poco cuidadosos con el manejo del dinero, los viajes y las relaciones con las mujeres.