Con el sol a sus espaldas, diez cuadras de murgueros sobre el asfalto porteño les pusieron el cuerpo a aquellos ritmos que recuerdan las danzas de los esclavos para pedir a las autoridades nacionales la derogación del decreto de la última dictadura que, hace casi 30 años, en junio de 1976, quitó del calendario local la tradicional Fiesta del Carnaval.

El petitorio de los artistas, en representación de los 18 mil que hay en la ciudad de Buenos Aires, con más de 40 corsos, se centró en tres ejes: “Recuperar los dos días de feriado nacional, lunes y martes de Carnaval, para todos los trabajadores del país; que se derogue el decreto 21.329 de la época de la dictadura y que las entidades de murgas sean reconocidas como parte del patrimonio nacional”, dijo a Página/12 Miguel Avila, titular de la Agrupación Murgas, que nuclea más de 70 entidades.

“La idea es que cada región decida cómo efectuar la fiesta de acuerdo con como marca su tradición”, resumió Avila, quien encabezó el desfile.

Después de la recorrida por la avenida Corrientes, repleta en sus veredas de curiosos que observaban aquella diversidad de ritmos y colores, la marea de murgueros llegó hasta Casa de Gobierno para entregar a las autoridades nacionales el petitorio.

“En el ’98 presentamos un proyecto en el Congreso que fue cajoneado por la Comisión de Cultura por creer que la cultura sólo pasa por lo que se hace en el Teatro Cultural San Martín”, recordó Avila. En la ciudad de Buenos Aires “existe una Comisión de Carnaval, perteneciente a la Secretaría de Cultura, a través de la cual se destinan 900 mil pesos que no alcanzan para sostener la estructura necesaria para los 18 mil murgueros que existen”, relató el titular.

La marcha carnavalera también sintetizó el reclamo de muchas organizaciones y agrupaciones de Carnaval del interior del país.

Informe: M. Sol Wasylyk Fedys-zak.