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El asalto a una semillería de la localidad de Arrecifes, en el noroeste de la provincia de Buenos Aires, donde diez hombres encapuchados se llevaron bolsas de cereal, herbicidas y fertilizantes por valor de 340 mil dólares, constituye un nuevo eslabón en la cadena de delitos violentos que afecta a la gente del campo. El hecho, ocurrido el fin de semana, necesitó de un gran despliegue de los delincuentes, que portaban al menos un fusil FAL y una escopeta Itaka, y estaban provistos de dos camiones, uno de ellos con acoplado, para cargar la mercadería robada.
El asalto violento a establecimientos de campo parece ser una modalidad delictiva en crecimiento, a juzgar por los hechos ocurridos en los últimos dos meses. En ellos, además de dinero, el botín estuvo conformado por agroquímicos, semillas y combustible. El último de esta serie fue el ocurrido el fin de semana en la planta de acopio y comercialización de granos y productos agrícolas de la empresa Semille Satur Agers, ubicada en la ruta 191, kilómetro 163, de Arrecifes. Allí, el sábado a las 21.30, uno de los vigiladores cayó en la trampa que le tendió un hombre que le pidió agua para beber. Cuando el custodio se acercó al portón, el desconocido lo encañonó con un arma y lo obligó a franquear la entrada. Detrás de él, ingresaron otros ocho hombres encapuchados.
Luego de encerrar a los vigiladores, hicieron ingresar los camiones y pusieron en marcha el sistema mecánico de carga: una cinta transportadora llevó hasta los vehículos 2800 bolsas de maíz. El trabajo les demandó unas dos horas, según relataron los custodios, que no pudieron ver nada pero escucharon todos los movimientos. Los ladrones actuaron con total tranquilidad porque a esa hora en la zona no hay movimiento de gente.
Los investigadores creen que los delincuentes son de la zona e, incluso, pudieron haber trabajado en la empresa. Se basan en que iban encapuchados, probablemente para que no los reconocieran, y en que demostraron un perfecto conocimiento del sistema automático de carga.
Como antecedentes, a mediados de abril la policía secuestró en Carhué un cargamento de agroquímicos robados en Entre Ríos. Además, en Bahía Blanca, Tres Arroyos y Coronel Dorrego productores rurales denunciaron robos de cereal.