EL PAíS › EL EFECTO DE LA INFLACION Y UNA RECESION MAS LARGA
Aumentará la legión de pobres
Por Raúl Dellatorre
Las proyecciones de inflación y caída del producto bruto en el segundo semestre, que la conducción económica puso este fin de semana sobre la mesa de negociación con el FMI, marcan a fuego que las metas de estabilidad y salida de la recesión que el Gobierno se había planteado alcanzar a mediados de año han quedado definitivamente postergadas. Las nuevas pautas, ahora mensuales, de mantenimiento de las reservas internacionales dejarán maniatado al Gobierno además en una de las pocas herramientas que seguía utilizando para hacer políticas activas: la intervención en el mercado cambiario.
Las autoridades parecieran haber asumido que el impacto de la brusca devaluación aún no ha terminado de trasladarse a precios y que la inercia todavía arrastrará una suba en los índices que se verificará en los próximos meses. Paulatinamente, los precios minoristas irían reflejando la suba que ya computan los precios mayoristas –aumentaron un 80 por ciento hasta mayo, contra una suba del 26 por ciento a nivel minorista–. Pero, además, las nuevas proyecciones están tomando en cuenta el seguro ajuste en las tarifas públicas, congeladas hasta ahora pero en medio de un proceso de negociación cuyos resultados aflorarían en el mes de agosto.
Pese a una recesión que ahora se oficializa que se prolonga, manteniendo la caída promedio del PBI para todo el año en un 15 por ciento, los bienes y servicios de consumo masivo seguirán sintiendo el impacto del salto del dólar. Así, el dato que no computan las proyecciones oficiales consensuadas con el FMI es el del aumento de la pobreza. Más de un 50 por ciento de la población ya cayó por debajo de la dramática línea que divide, según su nivel de ingresos, a aquellos hogares que alcanzan a pagar la canasta familiar con sus ingresos de aquellos otros que no lo logran. Con un aumento adicional del 46 por ciento en el precio de los consumos básicos, esa proporción de condenados puede saltar no menos de diez puntos más. Tres millones seiscientas mil personas, en consecuencia, esperan turno para sumarse a la legión de nuevos pobres de aquí a fin de año.