Jueves, 20 de abril de 2006 | Hoy
SOCIEDAD › TAMBIEN ERA CLANDESTINO Y FUNCIONABA EN UNA VIVIENDA DE FLORESTA
El fuego se produjo a tres semanas de la tragedia de Caballito. Los dueños son coreanos y trabajaban al menos 12 obreros.
Por Eduardo Videla
Tres semanas después de la tragedia en el taller clandestino de la calle Luis Viale, otro incendio se desató en una vivienda que funcionaba como taller de costura ilegal, en el barrio de Floresta. Esta vez no hubo víctimas fatales: sólo se registraron heridos leves. En el lugar trabajaban en forma precaria unas doce personas que, según informó una fuente del gobierno porteño, eran de nacionalidad coreana. En cambio, la Unión de Trabajadores Costureros denunció que, según relatos de los vecinos del barrio, quienes trabajaban allí eran inmigrantes bolivianos o paraguayos, quienes habrían sido trasladados por los propietarios a otros talleres vecinos antes de que llegaran las autoridades.
El incendio se produjo en horas de la mañana en el inmueble ubicado en la calle Helguera 249 y fue generado presuntamente por una colilla de cigarrillo. Por fuera, el lugar tiene el aspecto de una vivienda común, pero adentro, en un espacio de ocho metros por veinticinco, los bomberos encontraron varias máquinas de estampado.
El Ministerio de Gobierno de la Ciudad, que encabeza Diego Gorgal, informó anoche que el lugar no estaba habilitado como taller textil y que su actividad se encuadra dentro de lo que se denomina “trabajo a domicilio, que hasta ahora debía ser inspeccionado por el Ministerio de Trabajo de la Nación”. De acuerdo con un vocero de esa cartera, “no se registran denuncias sobre la actividad en ese domicilio”.
Por otra parte, desde el Ministerio de la Producción de la Ciudad –encargada de controlar a los talleres textiles– informaron que fue derivada “una nota” a la cartera laboral nacional para certificar si el local siniestrado “estaba detectado” en sus bases de datos.
El incendio de ayer se produjo en momentos en que inspectores de la Ciudad y de reparticiones nacionales como la AFIP, Migraciones y el Ministerio de Trabajo recorren zonas de la ciudad –especialmente los barrios de Flores, Floresta, Caballito y Parque Avellaneda– donde se encuentran asentados locales de fabricación de indumentaria. Por las inspecciones y los controles, un centenar de establecimientos textiles fueron clausurados por incumplir las normas de seguridad y por someter a trabajadores a condiciones inhumanas de trabajo.
Dos dotaciones de bomberos de la Policía Federal y efectivos de la comisaría 50 concurrieron hasta el lugar para sofocar el incendio, que sólo provocó daños materiales. Según fuentes policiales, cuando comenzó el incendio sólo se encontraban en el lugar tres personas de origen coreano que trabajan y viven allí, quienes pudieron salir ilesos antes de que se expandiera el fuego. Sin embargo, en el Ministerio de la Producción aseguraron que había allí unas doce personas, todas de nacionalidad coreana.
Anoche, desde la Unión de Trabajadores Costureros, cuya sede está en la Cooperativa La Alameda, de Directorio y Lacarra, se difundieron testimonios de vecinos que aseguran que “era habitual el ingreso y egreso de muchas personas de nacionalidad boliviana y paraguaya”. Relataron, además, que los trabajadores fueron trasladados a otros talleres de la zona, por lo que “desaparecieron los testigos que podrían dar una versión diferente a la de los dueños”. El gremio denunció la existencia en la zona de gran cantidad de talleres, “incluso en la misma manzana” donde está la casa incendiada.
El incendio en el taller de la calle Luis Viale, en el que murieron seis personas, se registró el 30 de marzo último. El hecho sacó a la luz el drama de la explotación masiva de ciudadanos bolivianos, en su mayoría indocumentados y reducidos a condiciones laborales de semiesclavitud.
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