Lunes, 8 de mayo de 2006 | Hoy
SOCIEDAD › LA LEGISLATURA RETIENE OBRAS DEL MUSEO SIVORI
La Legislatura las retiene desde hace 49 años. Se formó una comisión para concretar el traspaso, aunque algunas no serán devueltas.
Aunque no se den cuenta, los visitantes del Museo de Artes Plásticas Eduardo Sívori no pueden disfrutar de todo el patrimonio de esa institución. Es que más de noventa piezas que forman parte de su colección se encuentran en poder de la Legislatura porteña desde hace 49 años, privadas de la exposición. Luego de décadas de reclamos, ahora se conformó una comisión legislativa que deberá concretar el traspaso de las obras a su dueño original. El presidente de la Legislatura, Santiago de Estrada, afirmó a Página/12 que se devolverán “algunas obras, para no desvestir el edificio”. Y admitió que incluso serán “negociados” el Quinquela Martín y el Spilimbergo que cuelgan en las paredes de su despacho.
La historia del Museo Sívori es agitada y marcó el camino recorrido por sus obras. Fue creado en 1933 con el nombre de Museo Municipal de Bellas Artes, Artes Aplicadas y Anexo de Escultura y Arquitectura Comparada, dentro de la órbita del entonces Concejo Deliberante porteño. Su colección iba a nutrirse de las obras que se presentaran al Premio Adquisición y se expondría en los salones del Concejo. Al cumplir diez años necesitó expandirse y se mudó al edificio de Avenida del Libertador 2373. Al mismo tiempo salió del dominio del Concejo y pasó a depender de la entonces llamada Secretaría de Cultura, Moralidad y Policía Municipal. En 1948 fue rebautizado como Museo de Artes Plásticas Eduardo Sívori.
Las obras estuvieron en el museo hasta 1957, cuando el intendente de facto Luis María de la Torre estableció que se le restituyan al Concejo Deliberante –que había estado cerrado desde 1941– todos los “bienes muebles e inmuebles que, siendo de su pertenencia, se hallaren en poder de organismos municipales”. Así, las 94 obras de arte que hoy son reclamadas pasaron a manos del órgano legislativo junto a escritorios, armarios, edificios y todo lo que estaba inventariado a su nombre. A pesar de que en 1967 un decreto dispuso el reintegro de las piezas al Sívori y de que en los últimos 40 años hubo variadas resoluciones administrativas instando a que se realice esa devolución, las pinturas y esculturas permanecen en la sede legislativa.
“Que las obras son propiedad del Sívori no está en discusión”, aseguró a este diario Inés Urdapilleta (Frente para la Victoria), la legisladora que propuso la creación de la comisión encargada de devolver las obras. “Es una colección creada por el Ejecutivo que tiene un faltante. Por más que estén en la Legislatura, aquí no están cumpliendo con su finalidad. No son para decorar el edificio, como creen algunos. Y la Legislatura no es el lugar más apropiado para que la gente pueda verlas”, expresó la diputada.
Además de que las piezas no están al alcance de todo el público, no cuentan con el cuidado que deberían tener para evitar su deterioro. Algunas de las obras reclamadas son Chacareros, de Antonio Berni, y Dama Porteña, de Prilidiano Pueyrredón, ambos óleos ubicados en el Salón de Lectura de la Legislatura. Otras están guardadas en una bóveda del Banco de la Ciudad.
Tanto una resolución de la Defensoría del Pueblo de la Ciudad como un dictamen de la Procuración General porteña reconocen que las obras pertenecen al Sívori y solicitan a la Legislatura que sean devueltas. Para analizar esa situación se creó una Comisión Especial, compuesta por siete legisladores y presidida por el presidente del cuerpo, Santiago de Estrada, que en su despacho disfruta de Actividad en La Boca, de Benito Quinquela Martín, y Paisaje, de Lino Spilimbergo. “Estamos buscando una solución en el sentido de entregar algunas obras, para no desvestir el edificio”, sostuvo De Estrada. “Las obras de mi despacho no las puse yo. Está todo en juego, pero vamos a llegar a un acuerdo”, confió.
Informe: Lucas Livchits.
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