SOCIEDAD › PROCESAN A UN AUTOMOVILISTA POR ADULTERAR EL NUMERO DE SU PATENTE

Una picardía convertida en delito

La Cámara del Crimen dejó al borde del juicio oral a un hombre que modificó la numeración para zafar de las fotomultas.

Desde ahora, los que cometan la picardía de alterar el número de la patente de su auto para burlar posibles actas de infracción de tránsito lo van a pensar más de una vez. Es que la Sala V de la Cámara del Crimen porteña confirmó el procesamiento contra el dueño de un vehículo que modificó el número de la matrícula de su auto pegándole una tela adhesiva negra y lo dejó al borde del juicio oral por un delito que contempla penas de entre seis meses y tres años de cárcel. El caso llegó a la Justicia penal porque la adulteración directa de los números es considerado un delito. Desde febrero de 2005, la Dirección de Seguridad Vial registró 654 casos similares; 27 de ellos corresponden al ámbito penal por modificar o adulterar la patente y el resto –el ocultamiento liso y llano de la chapa– es sólo una falta de tránsito.

Según la resolución judicial, “ha quedado claro que la chapa presentaba colocada una cinta adhesiva de color negro, la cual confundía uno de sus números originales (8), por otro diferente (0)”. El vehículo fue detenido por un agente de la Policía Federal precisamente porque su chapa patente trasera presentaba esa alteración, “irregularidad que fue advertida por los testigos de actuación y verificada vía informe técnico y fotografías”.

“Esta actividad, en tanto sólo puede beneficiar al titular del vehículo –explica la resolución de la Cámara–, es atribuible a E. J.”, el propietario del auto cuyo procesamiento fue confirmado por los jueces Rodolfo Pociello Argerich y Mario Filozof. La tercera integrante de la Sala, María Laura Garrigós de Rébori, votó en disidencia.

Así, E. J. fue procesado por el presunto delito contemplado en el artículo 298 inciso tercero del Código Penal, que establece que “será reprimido con prisión de seis meses a tres años, el que falsificare, alterare o suprimiere la numeración de un objeto registrada de acuerdo con la ley”.

Lo que parece ser una muestra más de viveza criolla es considerado un delito: cuando los números o letras son raspados o modificados, es decir, si se altera la numeración original. En caso de ser tapados con un trapo, papel o plástico, que dificulten la visibilidad, se considera una falta.

“Es que cuando se altera la patente se afecta la fe pública. Se ha atacado la fe que debe despertar el objeto numerado, sin que influya sobre dicha afectación el carácter no permanente de la alteración”, concluyeron los camaristas.

Este diario se puso en contacto con el dueño del vehículo –quien junto con su abogado acababa de enterarse de la decisión de la Sala V–, pero el imputado prefirió no hablar del tema “por el momento”. El subsecretario de Seguridad Urbana, Manuel Izura, dijo a Página/12 que “esta resolución judicial va a hacer que quienes cometen estas faltas o delitos ya no lo hagan o lo piensen antes de hacerlo”. “Si la numeración de la chapa está alterada, es porque pretenden eludir el control fotográfico” de infracciones como el mal estacionamiento o el exceso de velocidad, afirmó el funcionario.

Las tácticas de ocultamiento son varias: tener el vehículo extremadamente limpio pero la patente trasera extremadamente sucia; colocar una pequeña bolsa transparente para que no se puedan ver con claridad números y letras; utilizar una cinta negra adhesiva para que un número se convierta en otro –como este caso–; enganchar del paragolpes un trapo que tape parte de la chapa trasera.

Voceros del Ministerio de Gobierno y Control Comunal de la ciudad informaron que desde febrero pasado, la Dirección de Seguridad Vial –dependiente de la cartera– detectó 654 casos por “retoques” y ocultamiento de patentes: 27 están en manos de la Justicia penal por adulteración directa en la numeración, mientras que los restantes 627 son faltas a las normas de tránsito, a las que se les aplicó una multa.

“Es un tema complicado porque si el vehículo está detenido se puede detectar la falta sin problemas. En cambio, si está circulando es mucho más difícil. A veces el ocultamiento es a la vista y otras se detecta a través de la fotomulta”, explicaron.

Entre las tareas que desarrollan los jóvenes agentes de la Guardia Urbana está también la de labrar multas en caso de comprobar que un vehículo tiene algunas de las patentes tapadas. En cambio, si advierten una adulteración de letras o números deben avisar a la policía, que es la encargada de actuar en caso de delitos.

Informe: Luciano Zampa.

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Tapar la chapa con un trapo o un papel es una falta a las normas de tránsito.
 
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