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El buque sudafricano rescató a un grupo de los varados en Antártida

El barco logró acercarse a 300 kilómetros y con dos helicópteros rescató a 22 científicos del buque atrapado en los hielos. Si el tiempo lo permite, habrá más salvatajes. El rompehielos argentino sigue su marcha para auxiliar a lo que quede de la tripulación.

“Están felices. Sienten como un cambio en sus vidas. Algo está comenzando a ocurrir y todo marcha de acuerdo con lo planeado.” Los científicos y la tripulación del buque alemán “Magdalena Oldendorff” recuperaron las esperanzas. Varados desde el 11 de junio en aguas antárticas, ayer vieron con alegría cómo dos helicópteros del rompehielos sudafricano “Aghulas” aterrizaban sobre la cubierta del buque y rescataban a la primera tanda de pasajeros, compuesta por 22 investigadores. Las operaciones se realizan en una carrera contra el mal tiempo y la compactación del hielo, aprovechando una disminución momentánea en la velocidad de los vientos y un aumento leve de la temperatura. Mientras tanto, con 178 tripulantes a bordo y provisto de tantos víveres como para pasar todo el invierno polar en alta mar, hoy zarpa desde Bahía Blanca el “Almirante Irízar”, que llegaría a la zona en diez días.
Con sus palabras, Vasily Kaliazin, del Centro de Logística Antártico, llevó tranquilidad a los familiares de los viajantes, en su mayoría rusos y alemanes. Según aseguró Kaliazin, el líder de la expedición dirigida por un instituto de investigación ruso, Slava Martjanov, le confió por radio que el ánimo en el “Magdalena Oldendorff” había mejorado y que la tripulación se sentía “sumamente aliviada”. Y no era para menos: cuando el racionamiento de los alimentos comenzaba a ser más que austero en el buque alemán, los primeros vuelos de auxilio llegaron con 350 kilos de las provisiones más variadas. Desde levadura, harina, papas, naranjas, café y azúcar, hasta queso Camembert y salchichas alemanas fueron enviados para satisfacer las necesidades más inmediatas y animar la dieta de quienes permanecerán a bordo.
El rescate de los primeros 22 científicos se produjo luego de que los helicópteros militares Oryx recorrieran prácticamente a oscuras las 190 millas marinas –unos 300 kilómetros– que separan al rompehielos sudafricano del buque alemán. Con vuelos de más de 6 horas y media de duración, aprovecharon las buenas condiciones meteorológicas que se presentaron ayer y que, según prevén los socorristas, se mantendrán durante todo el día de hoy y la mañana del sábado. Las temperaturas rondaron los 15 grados bajo cero –usualmente llegan a los 30– y la velocidad de los vientos fue “moderada”. “Días como éstos son poco frecuentes en esa zona. Por eso es necesario aprovecharlos más allá de que las condiciones de visibilidad no sean buenas por encontrarnos en pleno invierno”, comentaron a Página/12 voceros de la Armada, quienes detallaron que “hasta mediados de julio, el sol no sale al horizonte y los días apenas tienen una hora de penumbra”.
Para hoy se planeaba rescatar entonces a otro grupo de científicos –en total son 71 los varados– y a algunos de los 36 tripulantes, quienes en su mayoría permanecerán a bordo hasta que el buque pueda ser liberado del hielo. “Si el clima ayuda, se piensa hacer un vuelo más el sábado y así rescatar al último contingente de científicos y a diez miembros de la tripulación”, informó Gerald Hageman, integrante del Centro de Rescate Sudafricano. Luego de realizadas las operaciones de salvataje, el “Aghulas” se retirará del lugar para evitar quedar atrapado entre los témpanos, y dejará actuar al “Irízar”, más preparado para enfrentar la compactación creciente del hielo. “Su arribo a la zona está previsto para el 8 o 9 de julio, aunque eso dependerá de si la dirección del viento le es favorable o no”, explicaron en la Armada.
Por lo pronto, el rompehielos argentino zarpará hoy por la mañana de Puerto Galván, en Bahía Blanca, luego de que ayer se lo abasteciera con mercaderías y combustibles, y fueran cargados los dos helicópteros a utilizar en las maniobras de rescate. “Bordeará toda la costa argentina hasta Río Grande, en Tierra del Fuego. Allí, dentro de aproximadamente 4 días, virará hacia el este, en dirección al buque varado”, detallaron los voceros.
La misión de rescate al “Magdalena Oldendorff” posee dos características que la convierten en una empresa singular: por un lado, es la primera queun buque argentino llevará a cabo en la historia en pleno invierno. Por otro, nunca se había ido más allá de las bases argentinas en el continente blanco, varios miles de kilómetros más cercanas. Debido a ello, sus responsables prefirieron mostrarse reservados a la hora de vaticinar resultados: “No tenemos ningún resultado asegurado, ni de poder rescatar al barco ni a la tripulación. Vamos a hacer todo lo posible dentro de las condiciones que encontremos cuando lleguemos a las proximidades”, comentó el capitán del buque, Héctor Tavecchia.

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El rompehielos sudafricano aprovechó un inusual día de buen clima: apenas hizo 15 grados bajo cero.
Los helicópteros que partieron para el rescate viajaron casi todo el trayecto a oscuras.
 
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